La Magia de la NavidadMuestra

Nacido como un cero a la izquierda

Por fin está aquí . . . ¡El Día de Navidad! Hay una magia especial en este día tan especial, ¿no es así? ¿Por qué? ¿Es por todos los regalos, las decoraciones, las comidas y las reuniones de amigos y familiares? Sí, pero hay mucho más. . .

¡Es porque hoy, en todo el mundo, celebramos el nacimiento de un Salvador!

De acuerdo con Isaías 9:6–7, uno asumiría que el profeta estaba prediciendo el nacimiento de un rey terrenal, ¡con fanfarrias, desfiles y fiestas! Pero Dios tenía otros planes. Jesús, el Mesías, no nacería con la celebración de un héroe. Nacería como un cero a la izquierda. No nació de la riqueza, el poder o los privilegios. Ni siquiera nació bajo techo, sino en un granero, rodeado de ganado, de una adolescente soltera. No nació como un rey.

Isaías 53: 2–3 NVI: “Creció en su presencia como vástago tierno, como raíz de tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo y nada en su apariencia lo hacía deseable. Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos".

No es un héroe. Un cero total. Pero ese era la brillantez del supremo regalo de Dios para nosotros: la verdadera belleza, fuerza y propósito de nuestro Salvador se haría evidente a través de Su enseñanza, compasión, amor y, en última instancia, Su sacrificio.

Cristo vino y existió en la tierra a través de los medios más humildes para experimentar nuestras propias alegrías, dolores, pasiones y tristezas de primera mano. Eso lo puso en igualdad de condiciones con todos nosotros.

Por eso, hoy celebramos el nacimiento de un Rey, pero no de uno cualquiera. El Rey de Reyes, que puede comprender verdaderamente nuestras mayores alegrías y nuestros más profundos dolores. Algo me dice que hoy estás experimentando una de esas dos.

Hoy puedes estar lleno de alegría. O puede que sea el día más difícil del año. Pero a los ojos de tu Padre celestial, no eres un cero a la izquierda y nunca lo serás. Eres un hijo precioso, amado y querido de Dios, y fuiste creado a Su imagen. TÚ eres un regalo a Sus ojos, y oro para que encuentres consuelo en esa verdad.

Que la paz de Cristo esté contigo hoy y ¡feliz Navidad!

Reid Greven
Medios de Comunicación