Fortaleza en La Debilidad Muestra

Protección contra la debilidad

Fuerza no es sinónimo de templanza o dominio propio, y Sansón pagó un alto precio por aprender esta diferencia. Aunque Sansón tenía el poder otorgado por Dios para ser el hombre más fuerte del mundo, fue derrotado por una debilidad personal.

“Un día Sansón fue a Gaza, donde vio a una prostituta. Entonces entró para pasar la noche con ella. Al pueblo de Gaza se le anunció: «¡Sansón ha venido aquí!» Así que rodearon el lugar y toda la noche estuvieron al acecho junto a la puerta de la ciudad. Se quedaron quietos durante toda la noche diciéndose: «Lo mataremos al amanecer» (Jue. 16:1-2).

Tal vez has escuchado el refrán que dice. “Ningún marinero se ha hecho experto navegando a dos aguas” Sansón quería ser usado por Dios, pero al mismo tiempo quería vivir una vida licenciosa; por mucho tiempo mantuvo las apariencias “sociales externas” de su voto de consagración, pero secretamente pecaba descaradamente con una prostituta.

Al igual que Sansón, pecamos cuando caemos en la seducción de dividir o fragmentar nuestra vida en categorías; pensamos, “Una cosa es la iglesia, otra el trabajo y otra muy diferente mi vida personal o espiritual, en la iglesia decide Dios, pero en mi vida personal decido yo.”

En Colosenses 3:3 las escrituras aseguran lo siguiente: “Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios”. Lo cual indica que para Dios todas las categorías o espacios de nuestra vida son importantes y Dios en Cristo, reclama por todas ellas.

Lo que indica que es tan sagrado la iglesia o lugar fisico donde te congregas, como sagrado es el lugar de tu trabajo o donde recides, y lo es porque ahí estas tú, y Cristo en ti, coavitando estos espacios. Lo que indica que el Espiritu del Señor no se queda en la iglesia o algún recinto sagrado cuando sales de el. Él siempre va contigo, sino me crees te recuerdo este bello salmo:" ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás..." (Sal. 139)

La pregunta que tal vez puedas hacerte en este momento es: Y Juan ¿Cómo puedo protegerme contra la tentación?

El ser humano por naturaleza desde el Edén prefiere vivir alejado de su Creador o Hacedor, por tal motivo Dios en su infinita misericordia nos da al Espíritu Santo quien nos alienta, persuade, corrige, inspira y capacita para vivir una vida que le agrade al Señor.

Nuestra mejor defensa contra la tentación siempre será alimentarnos con la Palabra de Dios, reconocer nuestra debilidad y necesidad de ser pastoreados por Dios, Él nos fortalecerá para resistir o en el peor de los casos, el Señor nos dará valos para "salir corriendo."

Recuerda, al ser consciente de tu área de mayor vulnerabilidad debes cuidarte y evitar situaciones que aumenten la tentación, que no es otra cosa que tener dominio propio. Es decir, que tu decides controlar tus pensamientos, sentimientos, impulsos y acciones en lugar de permitir que ellos te controlen a ti.

Recuerda, los principios, lo que tu crees de Dios, lo que nos enseña la Palabra de Dios, perfecciona nuestros sentimientos, de ahí la importancia de anclarnos en ella.

Queremos darte las gracias, querido lector, por completar este plan devocional. Oramos por ti y nuestro deseo de corazón es que haya sido de bendición para tu vida.

Para continuar creciendo en tu vida espiritual, te invitamos a conectar con nosotros y acceder a nuestros recursos sin costo alguno, haciendo clic aquí: conectar.conociendoaDios.net

Con amor en Cristo,

Pr. Juan Carlos Calle y Equipo Conectar Global.