Abrumada Por Mis Bendiciones (Parte 7)Muestra
CRIANZA EN EQUIPO
Estaba comenzando a tener un patrón en mis días de mamá joven. Mientras mi primer hijo se dormía, prendía la televisión y doblaba la ropa. Día tras día veía las novelas mientras el drama y las historias continuas me absorbían por dentro. Un día, cuando ella era un poco más grande, mi hija me pregunto, “Mamá, ¿es eso un buen show?” ¿Bueno? Um…bueno…
Nunca se me olvidara como su pregunta inocente me golpeo mi corazón con convicción. ¿Qué debía de decir? Tenía que humildemente admitirle a ella que no, no era un buen show. Ese día pare de ver novelas.
¡Mi hija había hablado palabras que me enseñaron a mí! El Espíritu Santo estaba usando a mi hija para llamar mi atención, para llegar a mi corazón.
No deberíamos de estar sorprendidas cuando cosas como estas pasan. No es un accidente que nuestro poderoso, soberano Dios eligió este tiempo de nuestra historia para hacernos madres de nuestros hijos. Y posiblemente más importante, ¡El los escogió a ellos para nosotros! La crianza es una camaradería, si lo permitimos. Podemos aprender de nuestros hijos, si estamos abiertas a recibir sus pensamientos y palabras. También podemos aprender mientras hablamos palabras de instrucción y animo hacia ellos. ¿Creeremos lo que decimos? ¿Esta nuestro corazón en reto mientras retamos a nuestros hijos? Esta asociación de padre-hijo es parte del gran plan de Dios para hacernos más como El.
En cualquier día, podemos estar convencidas que Dios hizo un gran error al darnos nuestros hijos o nuestros hijos a su madre. Enfrentamos muchas dificultades y algunos tiempos muy difíciles en nuestra crianza donde el enemigo frecuentemente nos dispara con sus mentiras y acusaciones. Cuando mordemos la carnada y creemos sus mentiras, ya sea que nos agachemos abajo en un charco de desprecio donde damos y nos damos por vencidas, o nos levantamos en nuestra fuerza y re tomamos el control con autoridad dominante. Ninguna de estas posiciones extremas contribuye al crecimiento de unas relaciones sanas con nuestros hijos.
En vez, debemos celebrar en quien nos estamos convirtiendo a través de El por medio de nuestros hijos. ¡Hay que reconocer y apreciar la asociación de Dios de padre e hijo—un equipo! Su gran propósito está en el hacer en esta relación---por ellos, y por nosotras.
La crianza de mis hijos me enseño infinitamente más de mi misma y de Jesús que cualquier otra cosa que pude haber enseñado a mis hijos.
Hoy, todavía estoy aprendiendo de mi hija mayor y de todos mis hijos. Mientras todos crecíamos y madurábamos nuestra relación se evolucionaba y expandía. Ahora, ellos son mis amigos más cercanos quien me aman y me animan, y quienes aún no tienen temor de traer sus perspectivas en nuestra relación. Dios continúa usándolos para hacerme más como El, y soy mejor por ellos.
Padre, algunos días en realidad me pregunto porque Tú me diste estas personalidades en particular a mis hijos. Tú y yo sabemos que frecuentemente yo no manejo esto muy bien con ellos. Hoy me determino a mirarlos como Tu increíble, soberano plan para formar y moldearme en una hija digna de Ti, mi Padre y mi Señor. Que sea yo abierta a tu Espíritu Santo por las palabras y pensamientos de mis hijos. ¡Ayúdame a recordad que la crianza no es solo de enseñarle a mis hijos, pero también de que yo aprenda de ellos!
Acerca de este Plan
Ánimo para madres, de una mamá que crió a sus 7 hijos y vivió para contarlo. Esta es la parte 7 en esta serie de 12 devocionales por Robin Meadows. ¡Gracias a Jessica Domínguez por esta traducción!
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Nos gustaría agradecer a Robin Meadows por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.instagram.com/manymeadows