El Conflicto Como CatalizadorMuestra

DÍA 2: ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?

¿Sabía que hay una diferencia entre pelear con su cónyuge y estar en conflicto con su cónyuge? Mi esposo Mike y yo somos muy, muy diferentes. Al principio de nuestro matrimonio, estas diferencias crearon mucha tensión. Hubo días en los que me preguntaba si podríamos lograrlo puesto que teníamos opiniones tan diferentes acerca de todo, desde el dinero hasta las películas.

Mike y yo seguimos siendo muy diferentes. Si bien eso continúa creando desacuerdos, ahora rara vez peleamos. Descubrimos un secreto que ha hecho que nuestro matrimonio sea mucho más agradable. ¿Está listo para oírlo?

Puede tener un conflicto sin pelear.

Debido a que normalmente usamos las dos palabras indistintamente, la mayoría de las parejas no conocen la diferencia entre un conflicto y una pelea. El conflicto en el matrimonio es absolutamente inevitable. Debido a que se trata de dos personas separadas con sus propios pensamientos, deseos y creencias, habrá conflictos. Sin embargo, pelear es opcional.

Cuando piensa en la palabra "pelea", probablemente se imagina a una pareja alzando la voz y gritándose el uno al otro. Sin embargo, usted y su esposo pueden "pelear" sin siquiera levantar la voz. Una pareja también puede estar peleando en su matrimonio cuando se vuelven verbalmente agresivos, despectivos o apáticos en el matrimonio.

Nunca es la voluntad de Dios que peleemos en el matrimonio. Lo más probable es que tengamos algunos conflictos emocionales importantes, pero esos no tienen que incluir peleas. Dios nos ha dado un gran consejo a través de las Escrituras sobre cómo abordar los desacuerdos sin destruirnos unos a otros. Principios como sacar la astilla de nuestro propio ojo primero, considerar que las necesidades de su cónyuge son tan importantes como las suyas, revestirnos de compasión y amabilidad y dar un consejo sabio cuando no podemos estar de acuerdo.

CONTEMPLANDO EL CONFLICTO:

Mirando hacia atrás, ¿qué cree que ha experimentado más con su cónyuge, conflictos saludables o peleas dañinas? ¿Sabe cómo aborda los desacuerdos? ¿En qué áreas necesita trabajar para que el conflicto se vea o suene menos como una pelea?

EL CONFLICTO COMO CATALIZADOR:

Aquí hay un paso práctico que puede implementar en tiempos de conflicto: ¡COMPROMETERSE A PARAR! Comprométase, en su corazón y en su mente a no pelear durante el conflicto, sino a buscar la paz. Pídale al Señor que lo ayude a darse cuenta de cuando el conflicto esté comenzando a tomar la forma de una pelea para que pueda dejar de hacer lo que no está funcionando y volver rápidamente al camino correcto. Comprométase a dejar los viejos hábitos que causan dolor y nunca conducen a una resolución duradera. En cambio, confié en que Dios le proporcionará la capacidad que necesita para amar bien a través de un conflicto saludable (y acalorado).