Date El Gusto De ReírMuestra
¡FELICES!
La felicidad, más que un concepto, es un estado del alma el cual se tiene paz. Las dos tienen que estar agarraditas de la mano y deben caminar juntas. Cuando la paz se rezaga entonces la felicidad se debilita y comienza a dejar pasar sentimientos de infelicidad.
Para las personas que no tienen a Jesús, el Príncipe de Paz, en sus vidas, su paz va a ser la que el mundo da. Esa paz es inconstante, frágil y perecedera. Siempre va a estar condicionada a factores externos que determinarán si hay paz o no la hay.
Por ejemplo, la persona que tiene paz porque económicamente está muy bien, tiene una paz que está en peligro. ¿Qué sucede cuando la economía sucumbe y lo que se tenía ya no lo tiene? La aparente paz alza el vuelo y el alma queda turbada y maltrecha.
Para los que estamos en Cristo, la felicidad está centrada en Cristo. Podemos ser felices porque somos de Cristo y tenemos paz porque Él está en nosotros. ¿Por qué Pablo y Silas cantaron cuando fueron encarcelados injustamente y estaban en el calabozo más oscuro y profundo? Porque allí con ellos estaba el Señor, quien los inundó con su paz. En esas canciones que cantaron con gran dolor en su cuerpo y en su alma, expresaron la felicidad que les daba saber que sufrían por su Señor.
Es precisamente el apóstol Pablo quien dice en Romanos 15:13, “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (RV60) Son palabras profundas y sabias que nos dejan ver en qué descansa nuestra felicidad. Es en el creer, porque creyendo a Dios, a su Palabra y a sus promesas, el alma reposa en su fidelidad.
Esto no contradice el hecho de que, en algún momento, por alguna circunstancia de la vida, nos sintamos tristes. Dios nos hizo seres con emociones y sentimientos, no seríamos humanos si no los tuviéramos. Pero Dios, conociendo nuestros corazones y nuestra fragilidad humana, nos ha dotado de su paz. Esa paz que está presente en nosotros porque Cristo está con nosotros.
La paz que poseemos viene de Dios y la felicidad del alma se sostiene en ella. Ser felices por lo que tenemos o hemos alcanzado es bueno. Pero ser felices porque el Dios altísimo habita en nosotros y nos ha llenado de ricas e inmensas bendiciones, es mucho mejor.
“Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.” 2 Corintios 13:11 (RV60)
Grettchen Figueroa es escritora, maestra y predicadora. Ha escrito cuatro libros titulados: Lo que nos pasa, El Hallazgo, Con los ojos en la cabeza y Bajo su Luz. Los puedes encontrar en Amazon.com
Escrituras
Acerca de este Plan
La risa es un lujo que no todos tienen la bendición de disfrutar. Para estas personas, es más fácil y natural tener el ceño fruncido y una expresión seria o malhumorada. Para otros, la risa es una forma natural de expresión, que les acompaña en tiempo de sol y tiempo de lluvia. En este plan consideraremos el valor de la risa y la bendición de esa expresión del alma.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage