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Biblia

¿Te da un poco de vergüencilla cuando le cuentas a tus amigos que lees la Biblia? O… ¿quizá nunca se lo has contado porque no estás del todo seguro de que ese libro tan antiguo sea cierto? Pues aquí tienes varios motivos para seguir dándole importancia y para que puedas sentirte seguro de lo que crees.

1. La Biblia fue inspirada por Dios. No contiene errores, ya que los manuscritos originales fueron diseñados meticulosamente por Dios. La teología define este concepto como inerrancia, lo cual significa que la Palabra es verdad de tapa a tapa ya que Dios la inspiró y la otorgó plena autoridad en asuntos de fe y conducta. Las Escrituras en sí mismas declaran su propia inerrancia (Sal. 119:160) y Jesús también la afirmó (Luc. 18:31).

2. La Biblia está formada por manuscritos antiguos que escribas y monjes fueron copiando a mano a través de la historia. El Nuevo Testamento recopila más de 5.000 copias de estos manuscritos. Compara esa cantidad con algunas de las guerras que estudiamos en clase de Historia, como la Guerra de las Galias dirigida por Julio César que tan sólo data de 10 manuscritos. ¿Qué debería tener mayor credibilidad? ¿Un      texto que se repite históricamente más de 5.000 veces sin cambios o uno que se ha repetido 10 veces? Los números no mienten… y quien tenga dedos para contar, que haga las matemáticas.

3.Los apóstoles no fueron solamente unos personajillos que seguían a Jesús por todos lados. En ellos se depositó la responsabilidad y autoridad de transmitir la Palabra en su veracidad a las siguientes generaciones. Jesús les dió autoridad y les dio al Espíritu Santo para divulgarlas cosas que vieron con sus propios ojos.      Además la Biblia declara que ellos son los fundadores de la iglesia. Gracias a ellos, el Nuevo Testamento y la iglesia son lo que son ahora. Todo lo que vivieron y experimentaron durante esos tres años de ministerio con Jesús ha pasado de generación en generación, de manuscrito en manuscrito, hasta nosotros.

Estas tres razones y los versículos que hemos visto son un mini resumen de todo lo que podríamos estudiar acerca de la veracidad de la Biblia. Mi consejo es: empápate de ella. Investiga, relaciona diferentes pasajes, lee comentarios bíblicos. No te que des en la superficie porque cuanto más profundices más libre te sentirás a la hora de afirmar que ese libro tan antiguo es más cierto que algunas de las teorías que estudias en clase.