¡JESUS IS BRO!Muestra

LA OVEJA # 100

Todos alguna ves estuvimos perdidos. Incluso después de que permitimos que Jesús entre a muchas áreas de nuestra vida y nos permita ver nuestra increíble y verdadera identidad… nos perdemos, quizá es porque necesitamos una revelación nueva de Jesús que a medida del tiempo vamos a experimentar, con diversas situaciones, tormentas, valles, victorias, tierras prometidas. La obra continua en nosotros, en cada paso es reflejada la gloria de Jesús, cada momento, cada segundo. Desde aquel momento en el que decidimos volver a él. Todos los días nos salva, nunca descansa, nunca se cansa y venció todo por nosotros. 

Jesús una vez mas nos muestra lo que el realmente quiere y ve cuando se trata de nuestras vidas y nuestras fallas. El no solo cuida a 100 ovejas en general, el se preocupa por cada una y si en su inventario le falta una y solo tiene 99…deja las 99 juntas y corre hacia el desierto por el camino a mirar cual oveja se le quedo, quizá esa oveja está aprendiendo, quizá se distrajo, es una oveja joven y a veces ignorante que se desenfoca con facilidad por su inmadurez… o quizá la esta asechando un lobo hambriento para poder devorarla. 

Pero Jesús la busca y siempre la encuentra. Cuando la encuentra no la reprende, no la deja tirada o la lleva desde lejos con una soga como una prisionera. El… la carga entre sus hombros, la abraza, limpia sus manchas de el lodo o las arenas movedizas en las que quizá estaba, el la arropa si tiene frió y cuando la deja con las 99 que estaban juntas llama a todos… no para contar lo mal que se porto su oveja. Para alegrarse de que encontró una que estaba perdida, sola, rota, triste, ansiosa, débil, engañada. El se alegra y se enorgullece de haberla encontrado. Alardea su belleza ante todos y la lleva al lugar mas seguro de la vida. Su corazón. 

Mi amigo, Jesús no vino a condenar nada, vino a salvarlo todo. No importa si eres la numero 100 que se perdió, que nunca ha estado realmente en el rebaño o que si lo estaba, pero se desenfoco y perdió el rumbo. Hoy puedes volver, alzar la mano y decir aquí estoy solo con estas sencillas pero poderosas palabras. 

Oremos juntos: Jesús, hoy reconozco que me alejé, que fui débil, que no Debí haber hecho o dicho eso, no todo esta tan bien como parece, pero sé que tu me recibes y siempre me buscas para enseñarme el camino correcto, hoy decido estar contigo y seguirte de nuevo. Aquí esta la numero 100. Por favor perdona mis errores, pecados, maneras de pensar sobre ti que eran erróneas, permítete disfrutar de tu amor y tu amistad única. Gracias por querer ser mi salvador y mi Señor. Toma el control ahora mismo. En tu poderoso nombre Jesús. ¡Amen!