Cómo perdonar lo imperdonableMuestra

El perdón nos libera de la ira

La falta de perdón es tener una lista en nuestro corazón que exige que la gente nos dé cuentas personalmente de lo que han hecho. La falta de perdón involucra ira. La falta de perdón implica un deseo de venganza. La falta de perdón implica amargura. Tenemos que estar dispuestos a liberar a la gente en nuestros corazones por sus pecados contra nosotros. A veces, los cristianos malinterpretan las Escrituras que dicen que una persona debe arrepentirse cuando la confrontamos. Estas personas dicen: «Perdonaré cuando el ofensor se arrepienta». Sin embargo, hay otras Escrituras que nos obligan a perdonar independientemente de la actitud de la otra persona.  

Jesús dijo que debemos ser como nuestro Padre celestial. Envía lluvia sobre personas que son justas e injustas. El Señor también hace que el sol salga para malos y buenos por igual. Dios es bondadoso con todos. El perdón debe suceder en nuestros corazones, ya sea que la gente nos pida que los perdonemos o no. El perdón tiene que ver con nuestros corazones, ahí es donde podemos liberar a las personas que nos hacen daño. 

Después de todo, no podemos perdonar a la gente por su pecado ante Dios. Esta es su deuda con el Juez Celestial. Solo Dios puede perdonar a la gente por sus pecados contra él. Debemos liberar a la gente de nuestra venganza personal. No podemos albergar amargura en nuestros corazones. Nuestra actitud hacia los demás siempre debe ser redentora.

De esta manera, el perdón realmente nos empoderadora. Nos permite tomar el control de lo que nos han hecho, y nos empodera para liberar al ofensor. Nos libera de nuestra ira y del deseo de venganza. Cuando perdonamos, liberamos no solo a nuestro ofensor, sino también a nosotros mismos. Ahora podemos caminar en libertad de las emociones negativas que mantuvieron nuestro corazón como rehén. Ya no somos responsables de la venganza. Dios lo es. Cuando perdonamos, entregamos nuestro ofensor a Dios. 

Cuando perdonamos, digamos que el individuo ya no nos debe nada. Lo que el individuo hizo contra nosotros ahora es una cuestión de que se entienda con Dios. Si la persona se arrepiente, Dios perdonará a esa persona tal como nos perdonó. Puesto que ya no debemos a Dios por nuestros pecados, no podemos tener a nadie más como nuestros deudores.  Para Dios es momento de decidir si trae venganza contra la persona que nos lastimó. La Biblia dice que la venganza le pertenece. Ahora podemos caminar en la libertad que nos dio para perdonar y ser perdonados. 

Si quieres saber más sobre este tema, escucha el podcast en inglés en este enlace:

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