Educación en casa inesperada Muestra

Rivalidad entre hermanos

Tu gran temor en esta decisión de educar en casa puede ser que tendrás a tus hijos en casa día y noche cada día y eso significa muchas discusiones y riñas, o una pelea tras otra.

“¿Se pueden tratar bien ustedes dos?”¿No es este el grito del corazón de toda madre por sus hijos? Todas las disputas, peleas, forcejeo, gritos, portazos... Es muy abrumador. Es demasiado.

Muchos lo llaman rivalidad entre hermanos. Si bien creo que este es un nombre inapropiado, ¿lo llamamos rivalidad matrimonial?, los hermanos simplemente nunca parecen "llevarse bien”.

¿Sabes por qué? Es porque están siendo entrenados, ¡y por ti! No es casualidad que tus hijos, con personalidades completamente opuestas, fueran colocados en tu familia. Tampoco es un accidente que hayas sido elegido como su madre. ¡Piensa que es un entrenamiento matrimonial! ¿No son tú y tu esposo casi completamente opuestos?

¿Pero cómo puedesmanejar todos estos desacuerdos con tus hijos? Sé que te sientes como un árbitro, un disco rayado repitiendo apelaciones y órdenes. Sé que sientes que no hay aprendizaje académico que sea posible así. También sé que demuestras y alientas continuamente a tus hijos a amarse y respetarse y en algún momento ellos elegirán esas cualidades como propias, incluso si es cuando tengan 21 años.

¿Serán perfectos en eso? No. ¿Seguirá repitiendo las mismas cosas hasta que se muden de su casa para vivir solos? Lo más probable es que sí.

Recuerda que ellos se están entrenando igual que nosotros. Afortunadamente, Jesús no nos ha llamado a la perfección, sino a elegir diariamente Su camino perfecto.

¡Las relaciones son el lugar donde practicamos el amor! A medida que alineamos nuestro corazón con el de Él, la brecha entre nuestros fracasos y éxitos en las relaciones se hará cada vez más pequeña.

Tus hijos aprenderán más a través de tus esfuerzos y sobre todo de tu ejemplo que de cualquier palabra que puedas decir.

Padre, esta es la parte más aterradora de tener a mis hijos en casa todo el tiempo. ¡Toda la discusión! Creo que esto me puede hacer perder la cabeza. También creo que esta es un área que me mantendrá corriendo hacia Ti en busca de paciencia, autocontrol y guía. Estoy eligiendo en este momento centrarme en Ti y no en lo que pueda suceder en los días venideros. Estoy orando por los corazones de mis hijos en este momento. Sé que todos estos cambios también son difíciles para ellos. Que Tu alegría inunde nuestro hogar, comenzando por mi propio corazón. Gracias por amarme.

Considera leer el excelente libro de Paul TrippPadres: 14 principios del Evangelio que pueden cambiar radicalmente a tu familia.