Equipadas - Ayer y hoyEjemplo

Pablo parece una persona increíblemente valiente y capaz. Continuó predicando el evangelio en cada ciudad que visitó, proclamando a Cristo a pesar de ser apedreado y encarcelado. Viajó a ciudades lejanas y desafió a todos los que se oponían al evangelio, pero aquí, cuando llegó a Corinto, parecía luchar con miedo.

Dios le ordenó que no tuviera miedo. Este recordatorio solo hubiera sido necesario en caso de que Pablo, efectivamente, sintiera temor. Dios no lo regañó ni lo avergonzó por eso. En cambio, le preparó algo que lo consoló: muchos creyentes en Corinto. Dios le proveyó una red de apoyo y cuidado. Cuando Pablo tuvo miedo y necesitó ayuda, Dios satisfizo su necesidad.

No importa cual sea la circunstancia, Dios satisface nuestras necesidades. Incluso cuando parece que tenemos todo resuelto, Dios aun proporciona lo que necesitamos. Pablo necesitaba consuelo: Dios se lo proveyó. No importa cuáles sean nuestros temores, Dios ofrece consuelo. No importa cual sea nuestra necesidad, Dios proveerá. Necesitamos vivir y caminar en fe, pero podemos estar seguras de que Su cuidado, amabilidad y provisión para nosotras es inquebrantable.

Señor Dios, gracias por tu constante provisión. Gracias por cuidar de mí. Creo que tienes cuidado de mí y siempre puedes y estás dispuesto a satisfacer mis necesidades. Ayúdame a confiar en Ti y en Tus tiempos. Eres fiel. Amén.