Salmos 146:1-10
Salmos 146:1-10 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¡Aleluya! Alaba, alma mía, al SEÑOR. Alabaré al SEÑOR toda mi vida; mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios. No pongan su confianza en gente poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar. Exhalan el espíritu y vuelven al polvo, y ese mismo día se arruinan sus planes. Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el SEÑOR su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y que siempre mantiene la verdad. El SEÑOR hace justicia a los oprimidos, da de comer a los hambrientos y pone en libertad a los cautivos. El SEÑOR da vista a los ciegos, el SEÑOR levanta a los agobiados, el SEÑOR ama a los justos. El SEÑOR protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los malvados. ¡Oh Sión, que el SEÑOR reine para siempre! ¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!
Salmos 146:1-10 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
¡Alabemos a Dios! Yo quiero alabarlo, y mientras tenga vida le cantaré himnos a mi Dios. No confíen en nadie, que ni el hombre más poderoso es capaz de salvarlos. Cuando ese hombre muere, se vuelve polvo; y ese día mueren con él todos los planes que hizo. ¡El Dios de Israel bendice a los que en él confían! Dios hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en él. Dios siempre cumple sus promesas: hace justicia a los que son maltratados por los poderosos, da de comer a los hambrientos, y pone en libertad a los presos. Dios da vista a los ciegos, levanta a los caídos y ama a los justos. Dios cuida de la gente sin patria, y sostiene a huérfanos y a viudas. Dios hace que fracasen los planes de los malvados. Ciudad de Jerusalén, ¡que tu Dios reine por siempre, por todos los siglos!
Salmos 146:1-10 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Alaba, alma mía, al Señor. Mientras yo viva, alabaré al Señor; todos los días de mi vida le cantaré salmos. No pongan su confianza en los poderosos, ni en ningún mortal, porque no pueden salvar. El día que mueren, vuelven a la tierra, y ese mismo día todos sus planes se acaban. ¡Dichosos los que confían en el Dios de Jacob, los que cuentan con la ayuda de Dios, el Señor! El Señor creó los cielos y la tierra, y el mar y todos los seres que contiene. El Señor siempre cumple su palabra; hace justicia a los oprimidos, y da de comer a los que tienen hambre. El Señor da libertad a los cautivos y les devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos y ama a los que practican la justicia. El Señor protege a los extranjeros y sostiene a las viudas y a los huérfanos, pero tuerce el camino de los malvados. El Señor reinará por siempre; ¡Sión, el Señor es tu Dios eterno!
Salmos 146:1-10 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
¡Aleluya! Alabaré al Señor con toda mi alma. Alabaré al Señor mientras yo viva; cantaré himnos a mi Dios mientras yo exista. No pongan su confianza en hombres importantes, en simples hombres que no pueden salvar, pues cuando mueren regresan al polvo, y ese mismo día terminan sus proyectos. Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob, quien pone su esperanza en el Señor su Dios. Él hizo cielo, tierra y mar, y todo lo que hay en ellos. Él siempre mantiene su palabra. Hace justicia a los oprimidos y da de comer a los hambrientos. El Señor da libertad a los presos; el Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados; el Señor protege a los extranjeros y sostiene a los huérfanos y a las viudas, pero hace que los malvados pierdan el camino. Oh Sión, el Señor reinará por siempre; tu Dios reinará por todos los siglos.
Salmos 146:1-10 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva. No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos. Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios, El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre, Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna. Reinará Jehová para siempre; Tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya.
Salmos 146:1-10 La Biblia de las Américas (LBLA)
¡Aleluya! Oh alma mía, alaba al SEÑOR. Alabaré al SEÑOR mientras yo viva; cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación. Su espíritu exhala, él vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos. Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el SEÑOR su Dios, que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que guarda la verdad para siempre; que hace justicia a los oprimidos, y da pan a los hambrientos. El SEÑOR pone en libertad a los cautivos. ¶El SEÑOR abre los ojos a los ciegos, el SEÑOR levanta a los caídos, el SEÑOR ama a los justos. El SEÑOR protege a los extranjeros, sostiene al huérfano y a la viuda, pero trastorna el camino de los impíos. El SEÑOR reinará para siempre, tu Dios, oh Sión, por todas las generaciones. ¡Aleluya!
Salmos 146:1-10 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Alabado sea el SEÑOR! Que todo lo que soy alabe al SEÑOR. Alabaré al SEÑOR mientras viva; cantaré alabanzas a mi Dios con el último aliento. No pongan su confianza en los poderosos; no está allí la ayuda para ustedes. Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo, y todos sus planes mueren con ellos. Pero felices son los que tienen como ayudador al Dios de Israel, los que han puesto su esperanza en el SEÑOR su Dios. Él hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. Él cumple todas sus promesas para siempre. Hace justicia al oprimido y da alimento al que tiene hambre. El SEÑOR libera a los prisioneros. El SEÑOR abre los ojos de los ciegos. El SEÑOR levanta a los agobiados. El SEÑOR ama a los justos. El SEÑOR protege a los extranjeros que viven entre nosotros. Cuida de los huérfanos y las viudas, pero frustra los planes de los perversos. El SEÑOR reinará por siempre. Él será tu Dios, oh Jerusalén, por todas las generaciones.