S. Marcos 10:48-49
S. Marcos 10:48-49 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
S. Marcos 10:48-49 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más fuerte: —¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y dijo: —Llámenlo. Así que llamaron al ciego. —¡Ánimo! —le dijeron—. ¡Levántate! Te llama.
S. Marcos 10:48-49 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
La gente comenzó a reprender al ciego para que se callara, pero él gritaba con más fuerza todavía: —Señor, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame! Entonces Jesús se detuvo y dijo
S. Marcos 10:48-49 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Muchos lo reprendían para que callara, pero él gritaba con más fuerza: «Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!» Jesús se detuvo y mandó que lo llamaran. Los que llamaron al ciego le dijeron: «¡Mucho ánimo! ¡Levántate, que Jesús te llama!»
S. Marcos 10:48-49 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más todavía: —¡Hijo de David, ten compasión de mí! Entonces Jesús se detuvo, y dijo: —Llámenlo. Llamaron al ciego, diciéndole: —Ánimo, levántate; te está llamando.
S. Marcos 10:48-49 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
S. Marcos 10:48-49 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron* al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama.
S. Marcos 10:48-49 Nueva Traducción Viviente (NTV)
«¡Cállate!», muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y dijo: «Díganle que se acerque». Así que llamaron al ciego. «Anímate —le dijeron—. ¡Vamos, él te llama!».