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Deuteronomio 1:9-46

Deuteronomio 1:9-46 LBLA

Y en aquel tiempo os hablé, diciendo: «Yo solo no puedo llevar la carga de todos vosotros. El SEÑOR vuestro Dios os ha multiplicado y he aquí que hoy sois como las estrellas del cielo en multitud. Que el SEÑOR, el Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más de lo que sois y os bendiga, tal como os ha prometido. ¿Cómo puedo yo solo llevar el peso y la carga de vosotros y vuestros litigios? Escoged de entre vuestras tribus hombres sabios, entendidos y expertos, y yo los nombraré como vuestros jefes». Y vosotros me respondisteis, y dijisteis: «Bueno es que se haga lo que has dicho». Entonces tomé a los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré como dirigentes vuestros, jefes de mil, de cien, de cincuenta, y de diez, y oficiales para vuestras tribus. Y en aquella ocasión mandé a vuestros jueces, diciendo: «Oíd los pleitos entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él. No mostraréis parcialidad en el juicio; lo mismo oiréis al pequeño que al grande. No tendréis temor del hombre, porque el juicio es de Dios. Y el caso que sea muy difícil para vosotros, me lo traeréis a mí, y yo lo oiré». En aquella misma ocasión os mandé todas las cosas que deberíais hacer. Partimos de Horeb y pasamos por todo aquel vasto y terrible desierto que visteis, camino de la región montañosa de los amorreos, tal como el SEÑOR nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades-barnea. Y os dije: «Habéis llegado a la región montañosa de los amorreos que el SEÑOR nuestro Dios va a darnos. Mira, Israel, el SEÑOR tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardes». Entonces todos vosotros os acercasteis a mí, y dijisteis: «Enviemos hombres delante de nosotros, que nos exploren la tierra, y nos traigan noticia del camino por el cual hemos de subir y de las ciudades a las cuales entraremos». Y me agradó el plan, y tomé a doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu. Y ellos partieron y subieron a la región montañosa, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra. Tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron; y nos dieron un informe, diciendo: «Es una tierra buena que el SEÑOR nuestro Dios nos da». Sin embargo, no quisisteis subir, y os rebelasteis contra el mandato del SEÑOR vuestro Dios. Y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: «Porque el SEÑOR nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos. ¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: “El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac” ». Entonces yo os dije: «No temáis ni les tengáis miedo. El SEÑOR vuestro Dios, que va delante de vosotros, Él peleará por vosotros, así como lo hizo delante de vuestros ojos en Egipto, y en el desierto, donde has visto cómo el SEÑOR tu Dios te llevó, como un hombre lleva a su hijo, por todo el camino que habéis andado hasta llegar a este lugar». Pero con todo esto, no confiasteis en el SEÑOR vuestro Dios, que iba delante de vosotros en el camino para buscaros lugar dónde acampar, con fuego de noche y nube de día, para mostraros el camino por donde debíais andar. Entonces oyó el SEÑOR la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo: «Ninguno de estos hombres, esta generación perversa, verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres, excepto Caleb, hijo de Jefone; él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, pues él ha seguido fielmente al SEÑOR». El SEÑOR se enojó también contra mí por causa vuestra, diciendo: «Tampoco tú entrarás allá. Josué, hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la posea. Y vuestros pequeños, que dijisteis que vendrían a ser presa, y vuestros hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrarán allá, y a ellos yo la daré, y ellos la poseerán. Pero vosotros, volveos y partid hacia el desierto por el camino del mar Rojo». Entonces respondisteis y me dijisteis: «Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos tal como el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado». Y cada uno de vosotros se ciñó sus armas de guerra, y pensasteis que era fácil subir a la región montañosa. Pero el SEÑOR me dijo: «Diles: “No subáis, ni peleéis, pues yo no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos” ». Y os hablé, pero no quisisteis escuchar. Al contrario, os rebelasteis contra el mandamiento del SEÑOR, y obrasteis con presunción, y subisteis a la región montañosa. Y los amorreos que moraban en aquella región montañosa salieron contra vosotros, y os persiguieron como lo hacen las abejas, y os derrotaron desde Seir hasta Horma. Entonces volvisteis y llorasteis delante del SEÑOR, pero el SEÑOR no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. Por eso permanecisteis en Cades muchos días, los días que pasasteis allí.

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