19-20 (20-21) Una vez hablaste con nosotros, que somos tu pueblo fiel, y nos dijiste: «En mi pueblo hay un valiente; es el mejor de todos los jóvenes. Es David, mi servidor. Yo le he brindado mi ayuda y le he dado el más alto honor: ¡lo he declarado rey de Israel! 21 (22) Con mi brazo poderoso lo sostendré y le daré fuerzas. 22 (23) Sus enemigos no podrán vencerlo, ni lo dominarán los malvados. 23 (24) Yo destruiré a sus enemigos, y acabaré con quienes lo odian; ¡los borraré de su vista! 24 (25) Mi amor por él siempre será el mismo, y yo aumentaré su poder. 25 (26) Su dominio se extenderá del mar Mediterráneo a la Mesopotamia. 26 (27) Él me dirá: “Tú eres mi Padre y me proteges; eres mi Dios y salvador”. 27 (28) Yo le concederé los derechos que merece todo hijo mayor: lo pondré por encima de todos los reyes del mundo. 28 (29) Mi amor por él nunca cambiará, ni faltaré a la promesa que le hice. 29 (30) Mientras el cielo exista, siempre lo mantendré en el trono; lo mismo haré con sus descendientes que reinarán en su lugar. 30 (31) Pero si ellos no cumplen con mis leyes y enseñanzas, 31 (32) sino que se burlan de ellas, 32 (33) castigaré su maldad y les daré su merecido. 33 (34) »Sin embargo, mi amor por David siempre será el mismo. 34 (35) Jamás faltaré a mi pacto; siempre le cumpliré mis promesas. 35 (36) »A David le hice una promesa, y juro por mí mismo que la cumpliré. 36-37 (37-38) Siempre reinará en su lugar uno de sus descendientes. Mientras el sol y la luna existan, su reinado permanecerá». 38-39 (39-40) Pero te has enojado con David, el rey que tú mismo elegiste; has arrojado al suelo su corona, has roto tu pacto con él y lo has abandonado. 40 (41) Has derribado y dejado en ruinas las murallas que protegen a Jerusalén. 41 (42) Todos los que pasan, algo se llevan; ¡somos la burla de nuestros vecinos! 42 (43) Los enemigos de David están felices porque ahora tienen más poder, 43 (44) pues dejaste sin filo su espada y no lo apoyaste en la batalla; 44 (45) pusiste fin a su esplendor, y arrojaste al suelo su corona; 45 (46) le quitaste años de vida y lo cubriste de vergüenza. 46 (47) Dios mío, ¿vas a estar siempre escondido? ¿Vas a estar siempre enojado? 47-48 (48-49) ¿En qué estabas pensando cuando creaste al ser humano? Nos has dado una vida muy corta, y de la muerte nadie se libra. 49 (50) ¿Qué pasó con ese amor que al principio le juraste a David? ¡Tú dijiste que nunca cambiarías! 50 (51) Dios mío, ¡todos se burlan de nosotros! ¡Tenemos que aguantar las ofensas de mucha gente! 51 (52) Tus enemigos nos ofenden; ¡a cada paso insultan a tu pueblo! 52 (53) Dios mío, ¡bendito seas por siempre! Así sea.
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