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Isaías 16:1-13

Isaías 16:1-13 TLA

»Desde la ciudad de Selá, que está en el desierto, los jefes de Moab envían corderos para presentar ofrendas a Dios en el templo de Jerusalén. »Los habitantes de Moab cruzan el río Arnón; parecen pájaros asustados que escapan de sus nidos. Vienen con este mensaje para los habitantes de Jerusalén: “¡Necesitamos protección! Necesitamos un lugar para escondernos. No nos entreguen en manos del enemigo destructor”. »Cuando el enemigo se vaya de Moab y terminen la guerra y la destrucción, un descendiente del rey David llegará a ser rey de Israel. Su reinado será justo y honesto; él guiará a todos con bondad, y no tardará en hacer justicia. »Los habitantes de Moab son famosos por su orgullo: se creen muy importantes, y miran con desprecio a los demás. ¡Pero están equivocados! »Todos ellos llorarán por su país; se llenarán de tristeza al recordar los ricos viñedos de Quir-haréset, de Hesbón y de Sibná. Esos viñedos eran tan grandes que se extendían por el desierto, y llegaban a la ciudad de Jazer y hasta el mar Mediterráneo. Pero ahora esos viñedos están marchitos, pues los asirios los han destrozado por completo. »Por eso, ahora lloro por los viñedos de Sibmá y Jazer. También lloro por Hesbón y Elalé, pues en sus campos ya no hay frutos ni cosechas que den alegría a la gente. »Ya no habrá en los campos alegría ni alboroto; ya no se oirá el canto de los que recogen las uvas ni la alegría de los que hacen el vino. ¡Se acabaron las canciones y los gritos de alegría! »Mi corazón tiembla como las cuerdas de un arpa; tiembla de tristeza por la desgracia de Moab y de Quir-haréset. De nada les sirve a sus habitantes subir a las colinas para adorar a sus dioses; por más que rueguen no van a conseguir ayuda». Este fue el mensaje que hace mucho tiempo Dios dio en contra de Moab.

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