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Génesis 1:3-19

Génesis 1:3-19 TLA

Dijo entonces Dios: «¡Quiero que haya luz!» ¡Y al instante hubo luz! Al ver Dios la belleza de la luz, la apartó de la oscuridad y le puso por nombre «día». A la oscuridad la llamó «noche». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el primer día. Dijo entonces Dios: «Quiero que haya entre las aguas algo firme que las separe». ¡Y al instante se hizo así! Dios puso algo firme entre las aguas, y la mitad de las aguas quedó abajo y la otra mitad quedó arriba. Al ver la belleza del firmamento, Dios le puso por nombre «cielo». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el segundo día. Dijo entonces Dios: «Quiero que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca lo seco». ¡Y al instante se hizo así! Dios llamó «tierra» a lo seco, y llamó «mar» a las aguas. Al ver Dios tal belleza, dijo: «Quiero que haya en la tierra árboles y plantas que den fruto y semilla». ¡Y al instante se hizo así! La tierra produjo árboles y plantas; los árboles dieron frutos, y las plantas dieron semillas. Mientras Dios admiraba tal belleza, cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el tercer día. Dijo entonces Dios: «Quiero que haya en el cielo luces que separen el día de la noche; luces que indiquen las estaciones, los días y los años; luces en el cielo azul que iluminen la tierra». ¡Y al instante se hizo así! Dios hizo las dos grandes luces: el sol, para que domine en el día, y la luna, para que domine en la noche. También hizo las estrellas. Dios puso estas luces en el cielo para alumbrar la tierra, para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Mientras Dios admiraba tal belleza, cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el cuarto día.