Gobernantes me persiguen sin motivo, pero mi corazón se estremece ante tu palabra. Yo me regocijo en tu promesa como quien halla un gran botín. Aborrezco y repudio la falsedad, pero amo tu Ley. Siete veces al día te alabo por tus justas leyes. Los que aman tu Ley disfrutan de gran paz y nada los hace tropezar. Yo, SEÑOR, espero tu salvación y practico tus mandamientos. Con todo mi ser cumplo tus mandatos. ¡Cuánto los amo! Obedezco tus preceptos y tus mandatos, porque conoces todos mis caminos.
Leer Salmo 119
Escuchar Salmo 119
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmo 119:161-168
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos