Además, con el bronce de los espejos de las mujeres que servían a la entrada de la Tienda de reunión, hizo el recipiente de bronce y su pedestal.
Después hicieron el atrio. El lado sur medía cien codos de largo y tenía cortinas de tela de lino fino, veinte postes y veinte bases de bronce, con empalmes y ganchos de plata en los postes. El lado norte medía también cien codos de largo, y tenía veinte postes y veinte bases de bronce, con ganchos y empalmes de plata en los postes.
El lado occidental medía cincuenta codos de ancho, y tenía cortinas y diez postes y diez bases, con ganchos y empalmes de plata en los postes. Por el lado oriental, hacia la salida del sol, medía también cincuenta codos de ancho. A un lado de la entrada había cortinas de quince codos de largo, tres postes y tres bases; y al otro lado de la entrada había también cortinas de quince codos de largo, tres postes y tres bases. Todas las cortinas que rodeaban el atrio eran de tela de lino fino. Las bases para los postes eran de bronce, los ganchos y los empalmes en los postes eran de plata y sus capiteles estaban recubiertos de plata. Todos los postes del atrio tenían empalmes de plata.
La cortina a la entrada del atrio era de lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino, bordada artísticamente. Medía veinte codos de largo por cinco codos de alto, como las cortinas del atrio, y tenía cuatro postes y cuatro bases de bronce. Sus ganchos y sus empalmes eran de plata y sus capiteles estaban recubiertos de plata. Todas las estacas del toldo para el santuario y del atrio que lo rodeaba eran de bronce.
Estas son las cantidades de los materiales usados para el santuario donde están guardadas las tablas del pacto. Los levitas hicieron este registro por orden de Moisés y bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. Bezalel, hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá, hizo todo lo que el SEÑOR ordenó a Moisés. Con él estaba Aholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, que era artesano, diseñador y recamador en lana teñida de color azul, carmesí y escarlata y en tela de lino. El total del oro dado como ofrenda mecida y empleado en toda la obra del santuario era de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, según el peso oficial del santuario.
La plata entregada por los miembros de la comunidad contados en el censo llegó a cien talentos, y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el peso oficial del santuario. Todos los mayores de veinte años que fueron censados llegaron a un total de seiscientos tres mil quinientos cincuenta, y cada uno de ellos dio un becá, es decir, medio siclo, según el peso oficial del santuario. Los cien talentos de plata se emplearon en las cien bases fundidas para el santuario y para la cortina, de modo que cada base pesaba un talento. Los mil setecientos setenta y cinco siclos se emplearon en hacer los ganchos para los postes, recubrir sus capiteles y para hacer sus empalmes.
El total del bronce dado como ofrenda mecida fue de setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos, y se empleó en las bases para la entrada de la Tienda de reunión, en el altar de bronce con su enrejado de bronce y todos sus utensilios, en las bases para el atrio y la entrada al atrio, así como en todas las estacas del toldo para el santuario y para el atrio que lo rodeaba.