Si te convirtieras Muestra
«El llamado a volvernos a Dios»
¿Cómo te sentirías, siendo un ministro de Dios, trabajando en el ministerio durante muchos años, y que de repente Dios te dijera que necesitas convertirte? Igual que tú, yo comenzaría a cuestionar mi ministerio y mi relación personal con el Señor.
Muchas veces damos por hecho que, debido a que Dios nos llamó, todas las cosas van a marchar bien durante años y años. Sin embargo la realidad es que a menudo, en el cumplimiento de nuestro ministerio, somos afectados por distintas situaciones que marcan nuestras vidas y que nos hacen cuestionar nuestro llamado y nuestra función ministerial. A veces la predicación de la Palabra de Dios exige mucho y nos acarrea grandes problemas.
En nuestro trabajo ministerial podemos ser afectados por rencillas, amarguras, rechazo, violencia, deseos de renunciar e incluso enfado con Dios y con los demás por las situaciones adversas que enfrentamos.
Si estamos trabajando activamente para Dios, ¿cómo es que tenemos que convertirnos? ¿Qué situaciones en nuestra vida llevarían a Dios a llamarnos a volvernos a Él? Quizás necesitamos cambiar nuestro concepto de la palabra «convertir», y entender que, más allá de aceptar a Cristo como nuestro Salvador, el deber morir a la carne cada día y rendir nuestras vidas a Él en cada instante es la conversión diaria que necesitamos para continuamente volver a su corazón.
Escritura
Acerca de este Plan
En este plan observaremos el caso de Jeremías, quien a pesar de ser un hombre llamado por Dios y portavoz de su palabra, Dios lo llama a arrepentirse y convertirse. Quizás como cristianos nos preguntemos cómo es posible ser fieles seguidores de Cristo y al mismo tiempo ser llamados a convertirnos. Sin embargo, es importante entender que la palabra «convertir» va mucho más allá de aceptar a Cristo como nuestro Salvador, pues conlleva el morir a la carne cada día y rendir nuestras vidas a Él en cada instante, para continuamente volver a su corazón.
More