El proceso de espera

Cuando la Biblia nos habla de la importancia de saber esperar, no se refiere a inactividad o a quedarnos de brazos cruzados sin hacer nada. Más bien tiene que ver con hacer la parte que nos corresponde a nosotros, confiando que Dios va a hacer su parte, de acuerdo con su tiempo.

Salmos 37:9 dice que “los que confían en el Señor poseerán la tierra”. Esperar consiste en confiar, poner nuestra esperanza en Él. Es tener la certeza de que aquello que esperamos va a suceder.

En el pasaje del libro de Romanos capítulo 4, que leeremos mas adelante, nos muestra la tensión que se genera entre la realidad de lo que vemos con nuestros ojos naturales y las promesas que Dios nos da. Lo más probable es que si cualquiera de nosotros hubiera estado el lugar de Abraham, hubiera dudado desde el principio. Seguramente hubiésemos pensado que estábamos locos, que lo que escuchamos no fue la voz de Dios sino la voz del diablo queriendo engañarnos y jugar con nuestras emociones.
A la mente humana le cuesta creer que Dios pueda hacer algo tan increíble de la nada. Eso sucede porque juzgamos la situación desde la perspectiva de nuestra lógica y nuestra capacidad, no desde la fe en la capacidad de Dios de hacer milagros sobrenaturales.

Abraham supo esperar, por eso fue llamado el padre de la fe. Depositó toda su confianza y esperanza en el Dios que todo lo puede, que cumple Sus promesas y que no miente. Ese es el llamado que Dios te hace el día de hoy. Espera en Él sin dudar, sabiendo que no depende de tus fuerzas, sino de su poder. Haz lo que te corresponde y deja que Dios actúe de acuerdo con Su buena voluntad para ti. Como dice el Salmo 37:7: “Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe”.

Oración:

"Padre gracias por amarme como me amas. Gracias por tus promesas que me dan fe y esperanza. Gracias porque se que este tiempo en mi cuarto de espera, es un tiempo para conocerte mejor a Ti y una oportunidad para yo seguir creciendo. Amén".

Un corazón agradecido es un imán para los milagros.