La adoración: Estudio de los SalmosMuestra
¿Qué dice?
David puso toda su esperanza en el nombre del Señor, creyendo que Dios arruinaría a Doeg porque amaba el mal más que el bien. Dios avergonzará a los malhechores.
¿Qué significa?
Doeg, edomita y principal pastor de Saúl, contó al rey cómo el sacerdote Ahimelec había ayudado a David. Por orden de Saúl, Doeg mató a 85 sacerdotes y sus familias en retribución (1 Sam. 21-22). Al escuchar esta noticia, David escribió el Salmo 52, llamando a Dios a vengar el mal que se había hecho. Es importante notar que la petición de David no fue un acto de represalia sino que estaba perfectamente alineado con el carácter justo de Dios. El capítulo 53 refuerza la verdad de que Dios desprecia a los que hacen el mal y juzgará sus acciones. Un día, la rebelión contra Dios por parte de todos los que hacen el mal se encontrará con Su justicia.
¿Cómo debo responder?
Saber orar es difícil cuando observamos las profundidades del mal en nuestro mundo. Como seguidores de Cristo, se nos ordena amar a nuestros enemigos, pero el Espíritu Santo dentro de nosotros revela la justa ira de Dios contra todo lo que no es santo. ¿Cómo se debe orar por los enemigos de Dios? Puedes estar seguro de que estás orando dentro de Su voluntad cuando oras de acuerdo con Su carácter. Dios es justo; por lo tanto, podemos orar para que se lleve a cabo la justicia de Dios. Dios también es amoroso y misericordioso, por lo que podemos orar para que esas mismas personas lleguen al conocimiento salvador de Jesucristo. Dejarás en manos de Dios la venganza por el mal que has visto y experimentado? Su justicia prevalecerá en última instancia.
Escritura
Acerca de este Plan
Los Salmos son una colección de poemas y canciones escritas a lo largo de 1.000 años. Si bien el Salmo contiene alabanzas jubilosas y lamentos dolorosos, todo el libro testifica acerca del amor leal de Dios hacia Su pueblo en todas las circunstancias. Como pieza central de la adoración del Antiguo Testamento, cada Salmo anticipa la culminación de la alabanza de Dios en la muerte y resurrección de Jesucristo.
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