No te abandones, aún hay una oportunidadMuestra

EL CANSANCIO DEL ALMA

Siempre llamó mi atención como la Biblia relata situaciones donde distintas personas se acercaban a Jesús de maneras diferentes. Algunos llegaron de rodillas, otros gritando su nombre, pidiendo ayuda por ellos o por otros, algunos le intentaban tocar, etc. Pero analizando las distintas situaciones encuentro que hay un denominador común y es el agobio. Sí, llegaban de distintas maneras físicas, pero todos “agobiados”.

El “agobio” es una ansiedad creada por una situación que no se puede superar. Yo le llamo: el cansancio del alma. Es un cansancio que sale de dentro y se refleja en tu ánimo, en tus ganas de hacer cosas nuevas, en tu mirada de la vida. El agobio todo lo ensucia y lo degrada, todo lo posterga y lo excusa, lentamente, día con día, hasta atrofiar tus ganas de vivir.

Y Jesús se caracterizó por mirar a la persona a los ojos y ver su alma. No importando cómo llegara físicamente a él. Si corriendo, si de rodillas, si a los gritos o en silencio. Jesús mira tu alma.

Cargamos con muchas cosas en la vida que nos agobian. Quizás una dificultad económica. Tal vez una relación, ya sabes, las relaciones difíciles nos agobian, tal vez un matrimonio que te está haciendo cargar con un gran peso. Quizás un niño que te está rompiendo el corazón. Quizás una enfermedad o dolencia o miedo. Hay tantas cosas en la vida que nos agobian. Y quiero que sepas que Jesús las está viendo ahora, está viendo el cansancio de tu alma, y te dice: 

Mateo 11:28

Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.

Y cuando Jesús nos ve por dentro, y nos llama, no es para darnos un programa de cinco pasos sobre los que tenemos que hacer. Simplemente dice: “Ven a descansar”. Aflójate, relájate, que quiero mostrarte una realidad distinta, un mundo nuevo con grandes oportunidades para ti: un futuro con esperanza.

Solo te pide que si te acercas lo hagas creyendo que tiene el poder y la autoridad para tomar tu carga, y tu dolor, y curarlo.

Mateo 28:18

Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.

¿Lo crees? Entonces solo acércate. 

Y permíteme guiarte en una oración:

Señor Jesús, quiero que me mires a los ojos ahora, y veas dentro de mi todo el dolor que me agobia, y el cansancio que se esta apoderando de toda mi existencia. 

Te reconozco como el único que puede ayudarme y restaurar mi vida completa. Creo en Ti, en que eres el unigénito hijo de Dios que vino a salvarme muriendo en mi lugar en la cruz. Te recibo en mi corazón para que, desde dentro, me sanes.

Gracias Padre, por tu hijo Jesús. Y porque ahora soy también un hijo tuyo.

Amén.

Si has hecho esta oración con sinceridad, me gustaría que visites la página www.sihayesperanza.org  y me digas: Sí Wendy, creo en Dios y hoy decido profundamente creerle a Dios.

Dios te bendiga,

Wendy Palau