La práctica del carácterMuestra

Pon en práctica el valor para no renunciar

¿Listo para el rasgo de carácter de hoy que puedes aprender y practicar? Es un buen rasgo. Pero mucha gente no lo tiene hoy en día. La razón por la que tan pocas personas parecen sobresalir en este rasgo es porque es un rasgo en el que realmente tienes que fallar para aprender. 

¿El rasgo misterioso? Es el valor. La resiliencia. Se parece mucho a la perseverancia. Cuando lo intentas y lo intentas, pero no obtienes el resultado que esperabas, fracasas, pero no te rindes. Sigues intentándolo. ¡Eso es valor!

La verdad es que es algo muy grande. Echa un vistazo a este pequeño libro para saber más. 

¿Viste la parte del final? De ese pequeño libro salieron grandes cosas. Decía que no siempre tienes que llevar las cosas hasta el amargo final si cometes los mismos errores una y otra vez. Eso no es valentía; eso es estupidez. Gran diferencia.

Pero sé fuerte cuando sepas que estás haciendo algo que Dios te ha llamado a hacer. Se necesitan agallas para seguir amando a ese niño de tu clase que suele ser malhumorado. Se necesita valor para alcanzar tus metas en la escuela, en los deportes, en las artes, en la lectura de la Biblia o en cualquier otra meta que te propongas. Pero aprenderás más sobre eso mañana. 

Además, se necesitará un poco de agallas para terminar todos los desafíos de este Plan bíblico, ¡pero puedes hacerlo! 

Pregúntate: ¿Qué es lo que estás tentado a dejar de hacer y que en realidad necesita un mayor esfuerzo?

Desafíate: Hoy (ahora mismo, si es posible), escribe un pequeño objetivo que puedas alcanzar para ayudarte a lograr lo que hayas respondido en la pregunta de la sección anterior. Por ejemplo, tal vez hayas dicho que tienes la tentación de renunciar a ser amigo de tu hermana pequeña. Uf. ¡Es tan molesta! Establece un pequeño objetivo que puedas alcanzar, por ejemplo: Escribiré una lista de cinco cosas que me parecen buenas de ella y leeré esa lista cada mañana durante una semana. O: Le diré un cumplido a mi hermana cada día durante una semana.

Ora: Dios, gracias por enseñarme a seguir adelante, a tener agallas. Nunca me llamas fracasado. Siempre me animas a perseverar. Tu amor siempre persevera. Gracias por eso. En el nombre de Jesús, amén.