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 <div class="book bkDEU">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="DEU.3">
 <div class="label">3</div><div class="s1">Derrota de Og, rey de Bas&#225;n</div><div class="r">(Nm 21,31-35)</div><div class="p"> 1Despu&#233;s torcimos y nos dirigimos hac&#237;a Bas&#225;n. Pero, Og, rey de Bas&#225;n, nos sali&#243; al encuentro con todas sus tropas, dispuesto a presentarnos batalla en Edre&#237;. 2Entonces el Se&#241;or me dijo: No le tengas miedo, porque lo he entregado en tu poder con todo su pueblo y su territorio. Har&#225;s con &#233;l lo mismo que hiciste con Sij&#243;n, el rey de los amorreos, que viv&#237;a en Jesb&#243;n.</div><div class="p"> 3El Se&#241;or nuestro Dios nos entreg&#243; tambi&#233;n a Og, rey de Bas&#225;n, con todo su pueblo, y nadie vivi&#243; para contarlo. 4Conquistamos todas sus ciudades sin que quedara ciudad de la que no nos apoder&#225;semos: en total sesenta ciudades, es decir, toda la regi&#243;n de Argob, del reino de Og, en Bas&#225;n; 5todas ellas ciudades fortificadas, con altas murallas y portones con trancas; sin contar muchas otras aldeas pereceas sin amurallar. 6Y las consagramos al exterminio, igual que hab&#237;amos hecho con Sij&#243;n, rey de Jesb&#243;n, matando en cada ciudad a hombres, mujeres y ni&#241;os; 7pero nos quedamos con los ganados y el despojo de las ciudades.</div><div class="p"> 8As&#237; fue como, en aquella ocasi&#243;n, conquistamos el territorio de los dos reyes amorreos al otro lado del Jord&#225;n: desde el torrente Arn&#243;n hasta el monte Herm&#243;n 9(al cual los sidonios llaman Siri&#243;n y los amorreos Senir); 10todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Bas&#225;n, hasta Salc&#225; y Edre&#237;, ciudades que pertenec&#237;an al reino de Og en Bas&#225;n. 11En cuanto a Og, rey de Bas&#225;n, era el &#250;ltimo superviviente de la raza de los gigantes, como puede apreciarse por su sarc&#243;fago de basalto, que se encuentra todav&#237;a en Rabat de los amonitas y que mide cuatro metros y medio de largo por dos de ancho.</div><div class="s1">Reparto de Transjordania</div><div class="p"> 12Una vez que nos apoderamos de esa tierra, di a Rub&#233;n y a Gad la mitad de la serran&#237;a de Galaad con todas sus ciudades: desde Aroer hasta el torrente Arn&#243;n.#ver Jos 13,8-33. 13A la media tribu de Manas&#233;s le di todo Bas&#225;n, es decir, el reino de Og, y la parte restante de Galaad. (La regi&#243;n entera de Argob y de Bas&#225;n era conocida como el pa&#237;s de los refa&#237;tas. 14Y sucedi&#243; que Ja&#237;r, hijo de Manas&#233;s, se adue&#241;&#243; de toda la regi&#243;n de Argob hasta el l&#237;mite con Guesur y Maac&#225;, y puso su propio nombre a esa parte de Bas&#225;n llam&#225;ndola: Aldeas de Ja&#237;r, que es el nombre que a&#250;n conservan). 15A Maquir le di Galaad. 16A las tribus de Rub&#233;n y de Gad les di una parte de Galaad: por un lado, hasta el Arn&#243;n, siendo frontera la mitad del torrente; por otro lado, hasta el torrente Yaboc, frontera de los amonitas; 17adem&#225;s, hacia el oriente, la Arab&#225; y el Jord&#225;n hac&#237;an de frontera, desde el lago Kin&#233;ret hasta el mar de la Arab&#225;, que es el mar Muerto, al pie de las laderas del Pisga.</div><div class="p"> 18En aquel tiempo os orden&#233; lo siguiente: &#171;El Se&#241;or vuestro Dios, os ha dado en posesi&#243;n esta tierra. Ahora, pues, que todos los guerreros tomen sus armas y avancen al frente de sus hermanos israelitas. 19Solo vuestras mujeres, vuestros ni&#241;os y vuestros ganados &#8212;s&#233; que vuestros ganados son abundantes&#8212; se quedar&#225;n en las ciudades que os he dado. 20Y no regresar&#233;is a la heredad que os he dado hasta que el Se&#241;or, vuestro Dios, no conceda tambi&#233;n a vuestros hermanos el reposo, como ha hecho con vosotros, y tomen posesi&#243;n, ellos tambi&#233;n, de la tierra que el Se&#241;or les da al otro lado del Jord&#225;n&#187;.</div><div class="p"> 21Y a Josu&#233; tambi&#233;n le hice esta advertencia: &#171;T&#250; has visto con tus propios ojos todo lo que el Se&#241;or, vuestro Dios, ha hecho con estos dos reyes.#2,26&#8211;3,11. Pues lo mismo har&#225; el Se&#241;or con el resto de los reinos por donde has de pasar. 22No les teng&#225;is miedo, porque el Se&#241;or, vuestro Dios, luchar&#225; a vuestro favor&#187;.</div><div class="s1">Dios proh&#237;be a Mois&#233;s entrar en Cana&#225;n</div><div class="p"> 23Hice entonces al Se&#241;or esta s&#250;plica: 24&#171;Se&#241;or mi Dios, t&#250; has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y la fuerza de tu brazo, pues &#191;qu&#233; Dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las haza&#241;as y proezas que t&#250; haces? 25D&#233;jame, te ruego, pasar a ver esa tierra f&#233;rtil que est&#225; al otro lado del Jord&#225;n, esa hermosa monta&#241;a y el L&#237;bano&#187;. 26Pero por vuestra culpa el Se&#241;or se enoj&#243; conmigo y no me concedi&#243; lo que le ped&#237;, sino que me respondi&#243;: &#161;Basta ya; no me hables m&#225;s de este asunto! 27Sube a la cima del Pisga y extiende tu mirada hacia los cuatro puntos cardinales. Contempla lo que ves con tus ojos, porque t&#250; no cruzar&#225;s el Jord&#225;n.#32,48-52; Nm 27,12-14. 28Dale a Josu&#233; las debidas instrucciones; inf&#250;ndele valor y &#225;nimo; porque &#233;l pasar&#225; al frente del pueblo, y &#233;l les repartir&#225; la tierra que vas a ver.</div><div class="p"> 29Y nos quedamos en el valle, frente a Bet Peor.</div>
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 <div class="chapter ch4" data-usfm="DEU.4">
 <div class="label">4</div><div class="s1">Mois&#233;s exhorta a Israel a ser obediente</div><div class="p"> 1Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que os ense&#241;o a cumplir, para que viv&#225;is y entr&#233;is a tomar posesi&#243;n de la tierra que os da el Se&#241;or, Dios de vuestros antepasados. 2No a&#241;ad&#225;is ni quit&#233;is palabra alguna a lo que yo os mando, sino cumplid estos mandamientos del Se&#241;or, vuestro Dios, que yo os prescribo.#13,1; Pr 30,6; ver Ap 22,18-19. 3Con vuestros propios ojos hab&#233;is visto lo que el Se&#241;or hizo con Baal Peor: a todo aquel que sigui&#243; a Baal Peor, el Se&#241;or tu Dios, lo extermin&#243; de en medio de ti; 4en cambio vosotros, los que os mantuvisteis fieles al Se&#241;or, vuestro Dios, segu&#237;s hoy todav&#237;a con vida.</div><div class="p"> 5Mirad, os he ense&#241;ado las normas y preceptos como me mand&#243; el Se&#241;or, mi Dios, para que los pong&#225;is en pr&#225;ctica en la tierra donde vais a entrar para tomar posesi&#243;n de ella. 6Obedecedlos puntualmente, y as&#237; mostrar&#233;is a los dem&#225;s pueblos lo sabios y prudentes que sois. Cuando oigan hablar de vuestras leyes, dir&#225;n: &#171;&#161;Qu&#233; sabidur&#237;a y sensatez tiene esa gran naci&#243;n!&#187;. 7&#191;Existe acaso alguna naci&#243;n tan grande que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo est&#225; de nosotros el Se&#241;or, nuestro Dios, cada vez que lo invocamos? 8Y &#191;qu&#233; naci&#243;n hay tan grande cuyos preceptos y normas sean tan justas como toda esta ley que yo os promulgo hoy? 9Pero ten cuidado, no permitas que se te olviden las cosas que han visto tus ojos ni dejes que se aparten de tu memoria en todos los d&#237;as de tu vida; cu&#233;ntaselas a tus hijos y a tus nietos.</div><div class="s1">La revelaci&#243;n de Dios en el monte Horeb</div><div class="p"> 10El d&#237;a en que estuviste delante del Se&#241;or tu Dios, en el Horeb, cuando el Se&#241;or me dijo: &#171;Re&#250;neme al pueblo y les har&#233; escuchar mis palabras, para que aprendan a respetarme mientras vivan en la tierra y se las ense&#241;en a sus hijos&#187;, 11vosotros os acercasteis y permanecisteis al pie de la monta&#241;a, mientras la monta&#241;a ard&#237;a envuelta en llamas que llegaban hasta el coraz&#243;n del cielo, en medio de oscuros y densos nubarrones. 12El Se&#241;or os habl&#243; desde el fuego: vosotros o&#237;ais rumor de palabras, pero no ve&#237;ais figura alguna; solamente escuchabais una voz.#Ex 19,16-18; ver Heb 12,18-19. 13As&#237; os revel&#243; su alianza y os mand&#243; cumplir los diez mandamientos que escribi&#243; en dos tablas de piedra:#9,10; Ex 31,18; 34,28. 14Y a m&#237; el Se&#241;or me mand&#243; entonces que os ense&#241;ase los preceptos y normas que hab&#237;ais de cumplir en la tierra donde vais a entrar para tomar posesi&#243;n de ella.</div><div class="s1">Advertencia contra la idolatr&#237;a</div><div class="p"> 15El d&#237;a que el Se&#241;or os habl&#243; desde el fuego en el Horeb, no visteis figura alguna. Por lo tanto, cuidaos muy mucho 16de no pervertiros haci&#233;ndoos estatuas en forma de &#237;dolos: sean im&#225;genes de hombre o de mujer; 17de animales terrestres o de aves que vuelan por el cielo; 18de reptiles que se arrastran por el suelo o de peces que viven en las aguas, debajo de la tierra. #5,8; 27,15; Ex 20,4; Lv 26,1; ver Rm 1,23. 19Y cuando mires al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todos los astros del firmamento, no te dejes seducir de manera que te postres ante ellos y los adores. El Se&#241;or tu Dios se los ha repartido como dioses a todos los pueblos que hay bajo el cielo. 20A vosotros, en cambio, el Se&#241;or os tom&#243; y os sac&#243; del horno de hierro de Egipto, para que fueseis el pueblo de su propiedad, como efectivamente ahora lo sois.#7,6; 14,2; 26,18; Ex 19,5; 1 Re 8,51; Jr 11,4; Tt 2,14; 1 Pe 2,9.</div><div class="p"> 21Sin embargo, por vuestra culpa, el Se&#241;or se enoj&#243; conmigo y jur&#243; que yo no cruzar&#237;a el Jord&#225;n ni entrar&#237;a en la f&#233;rtil tierra que &#233;l te da en herencia. 22Por tanto, yo voy a morir en esta tierra sin haber cruzado el Jord&#225;n, pero vosotros lo cruzar&#233;is y tomar&#233;is posesi&#243;n de esa f&#233;rtil tierra. 23Tened mucho cuidado de no olvidar la alianza que el Se&#241;or vuestro Dios ha pactado con vosotros. No os fabriqu&#233;is ning&#250;n &#237;dolo, ninguna imagen de aquello que el Se&#241;or te ha prohibido, 24ya que el Se&#241;or tu Dios es fuego devorador, es un Dios celoso.</div><div class="p"> 25Si despu&#233;s de haber tenido hijos y nietos, y de haber habitado largo tiempo en el pa&#237;s, os pervert&#237;s esculpiendo tallas de &#237;dolos que representen cualquier cosa, y caus&#225;is enojo al Se&#241;or tu Dios haciendo lo que &#233;l reprueba, 26hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra vosotros, de que desaparecer&#233;is inmediatamente de la tierra que vais a tomar en posesi&#243;n una vez que cruc&#233;is el Jord&#225;n, y de que no pasar&#233;is mucho tiempo all&#237; sin que se&#225;is aniquilados por completo. 27El Se&#241;or os dispersar&#225; entre las naciones y no quedar&#233;is m&#225;s que unos pocos en medio de esas naciones a las que el Se&#241;or os deportar&#225;. 28All&#237; dar&#233;is culto a dioses que han sido fabricados por manos humanas, con piedra y madera; dioses que no ven ni oyen, no comen ni huelen.</div><div class="p"> 29Entonces, desde all&#237;, buscar&#225;s al Se&#241;or tu Dios, y lo encontrar&#225;s si lo buscas con todo tu coraz&#243;n y con toda tu alma.#ver Jr 29,13; 2 Cr 15,2; Mt 7,7-8. 30Cuando al cabo de los a&#241;os hayas pasado por estos sufrimientos y angustias, entonces te volver&#225;s al Se&#241;or tu Dios y le obedecer&#225;s, 31porque el Se&#241;or tu Dios es un Dios misericordioso, que no te abandonar&#225; ni te aniquilar&#225; ni se olvidar&#225; de la alianza que con juramento hizo a tus antepasados.</div><div class="p"> 32Pregunta, si no, a los tiempos pasados que te precedieron, remont&#225;ndote al d&#237;a en que Dios cre&#243; al ser humano sobre la tierra, a ver si de un extremo a otro del cielo ha sucedido algo tan admirable o se ha o&#237;do cosa semejante. 33&#191;Acaso existe alg&#250;n pueblo que, como vosotros, haya o&#237;do a Dios habl&#225;ndole desde el fuego y contin&#250;e con vida? 34&#191;Acaso alg&#250;n dios se ha atrevido a tomar para s&#237; a un pueblo en medio de otro, con tantas pruebas, milagros y prodigios, combatiendo con poder y destreza sin igual, y realizando tremendas haza&#241;as, como realiz&#243; por vosotros y ante vuestros ojos el Se&#241;or, vuestro Dios, en Egipto?</div><div class="p"> 35Pues a ti te ha mostrado el Se&#241;or todo esto para que sepas que solo &#233;l es Dios y no hay otro fuera de &#233;l. 36Desde el cielo te permiti&#243; escuchar su voz para instruirte, y en la tierra te permiti&#243; ver su gran fuego mientras escuchabas sus palabras que sal&#237;an del fuego. 37Por amor a tus antepasados y porque escogi&#243; a su descendencia despu&#233;s de ellos, el Se&#241;or en persona te sac&#243; de Egipto con gran poder; 38expuls&#243; delante de ti a naciones m&#225;s numerosas y fuertes que t&#250;, te condujo a su tierra y te la dio en posesi&#243;n, como est&#225; hoy a la vista.</div><div class="p"> 39As&#237; que reconoce hoy y conv&#233;ncete de que el Se&#241;or es el &#250;nico Dios: ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay ning&#250;n otro. 40Cumple sus normas y preceptos que hoy te prescribo. De este modo ser&#233;is dichosos t&#250; y tus hijos despu&#233;s de ti, y vivir&#233;is mucho tiempo en la tierra que el Se&#241;or tu Dios te da para siempre.</div><div class="s1">Ciudades de refugio</div><div class="p"> 41Mois&#233;s escogi&#243; entonces tres ciudades al este del Jord&#225;n, 42para que, refugi&#225;ndose en una de estas ciudades, pudiera buscar asilo y salvar su vida el homicida que sin querer y sin previa enemistad hubiese matado a su pr&#243;jimo. 43Estas ciudades fueron: para los rubenitas, B&#233;ser, que est&#225; situada en la zona des&#233;rtica de la meseta; para los gaditas, Ramot de Galaad; y para los manasitas, Gol&#225;n, en Bas&#225;n.#Jos 20,8-9. Ver Nm 35,6-15; Dt 19,1-14; Jos 20.</div><div class="ms1">II. Segundo discurso de Mois&#233;s (4,44&#8211;11,32)</div><div class="s1">Introducci&#243;n hist&#243;rica</div><div class="p"> 44Esta es la ley que promulg&#243; Mois&#233;s a los israelitas. 45Estas son las normas, estatutos y preceptos que les propuso Mois&#233;s a los israelitas despu&#233;s de salir de Egipto, 46cuando estaban al este del Jord&#225;n, en el valle cercano a Bet Peor, en el territorio de Sij&#243;n, rey de los amorreos, que viv&#237;a en Jesb&#243;n y que fue derrotado por Mois&#233;s y los israelitas cuando salieron de Egipto. 47Los israelitas se apoderaron de su territorio y del territorio de Og, rey de Bas&#225;n, dos reyes amorreos que viv&#237;an en el lado oriental del Jord&#225;n, 48y cuyo territorio abarcaba desde Aroer, junto al torrente de Arn&#243;n, hasta el monte Siri&#243;n#4,48: Siri&#243;n: Traducci&#243;n probable; el texto hebreo dice lit. Sion: pero ver Dt 3,9. &#8212;o sea, el Herm&#243;n&#8212;, 49y toda la Arab&#225;, en la parte oriental del Jord&#225;n, hasta el mar Muerto, al pie de las laderas del Pisga.</div>
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 <div class="chapter ch5" data-usfm="DEU.5">
 <div class="label">5</div><div class="s1">Los diez mandamientos</div><div class="r">(Ex 20,1-17)</div><div class="p"> 1Mois&#233;s convoc&#243; a todo Israel y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Escucha, Israel, las normas y preceptos que yo os promulgo hoy. Aprendedlos y poned atenci&#243;n en cumplirlos.</div><div class="p"> 2El Se&#241;or nuestro Dios hizo con nosotros una alianza en Horeb. 3No la hizo solamente con nuestros antepasados, sino tambi&#233;n con todos nosotros que hoy estamos vivos. 4All&#237;, en el monte, el Se&#241;or os habl&#243; cara a cara, desde el fuego. 5Y yo hice de intermediario entre vosotros y el Se&#241;or para transmitiros sus palabras, porque vosotros, aterrorizados por aquel fuego, no subisteis al monte. Fue entonces cuando dijo el Se&#241;or:</div><div class="p"> 6&#8212;Yo soy el Se&#241;or, tu Dios, el que te libr&#243; de la esclavitud de Egipto.</div><div class="p"> 7No tendr&#225;s otros dioses aparte de m&#237;.</div><div class="p"> 8No te har&#225;s escultura alguna o imagen de nada de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. 9No te postrar&#225;s ante ellas, ni les rendir&#225;s culto#4,15-18; 27,15; Lv 26,1. porque yo, el Se&#241;or tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres que me aborrecen, en sus hijos, nietos y biznietos; 10pero con los que me aman y cumplen mis mandamientos, soy misericordioso por mil generaciones#7,9-10; Ex 34,6-7; Nm 14,18..</div><div class="p"> 11No pronunciar&#225;s en vano el nombre del Se&#241;or tu Dios, porque el Se&#241;or no dejar&#225; sin castigo al que tal haga.#Lv 19,12.</div><div class="p"> 12Observa el s&#225;bado, para consagrarlo como el Se&#241;or tu Dios te ha mandado.#Ex 16,23-30; 31,12-14. 13Durante seis d&#237;as trabajar&#225;s y har&#225;s en ellos todas tus tareas, 14pero el s&#233;ptimo es d&#237;a de descanso consagrado al Se&#241;or tu Dios. En ese d&#237;a no realizar&#225;s ning&#250;n trabajo, ni t&#250;, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el inmigrante que viva en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descansen igual que t&#250;. 15Recuerda que t&#250; tambi&#233;n fuiste esclavo en Egipto, y que el Se&#241;or tu Dios te sac&#243; de all&#237; con gran poder y destreza sin igual. Por eso tu Dios te ordena observar el s&#225;bado.</div><div class="p"> 16Honra a tu padre y a tu madre, como el Se&#241;or tu Dios te lo ha mandado, para que vivas muchos a&#241;os y seas dichoso en la tierra que el Se&#241;or tu Dios te da.#27,16; Mt 15,4; 19,19; Mc 7,10; 10,19; Lc 18,20; Ef 6,2-3.</div><div class="p"> 17No matar&#225;s.#Gn 9,6; Lv 24,17; Mt 5,21; 19,18; Mc 10,19; Lc 18,20; Rm 13,9; Stg 2,11.</div><div class="p"> 18No cometer&#225;s adulterio.#Lv 20,10; Mt 5,27; 19,18; Mc 10,19; Lc 18,20; Rm 13,9; Stg 2,11.</div><div class="p"> 19No robar&#225;s.#Lv 19,11; Mt 19,18; Mc 10,19; Lc 18,20; Rm 13,9.</div><div class="p"> 20No dar&#225;s testimonio falso en perjuicio de tu pr&#243;jimo.#Ex 23,1; Mt 19,18; Mc 10,19; Lc 18,20.</div><div class="p"> 21No codiciar&#225;s la mujer de tu pr&#243;jimo, ni desear&#225;s la casa de tu pr&#243;jimo, ni su campo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo suyo.#Rm 7,7; 13,9.</div><div class="p"> 22Estos son los mandamientos que el Se&#241;or promulg&#243; con potente voz, desde el fuego y la densa oscuridad, ante toda vuestra asamblea, en la monta&#241;a. No a&#241;adi&#243; nada m&#225;s. Los escribi&#243; en dos tablas de piedra y me las entreg&#243;.</div><div class="p"> 23Al o&#237;r la voz que sal&#237;a de las tinieblas, mientras la monta&#241;a ard&#237;a envuelta en llamas, todos vosotros, jefes de tribu y ancianos, vinisteis a hablar conmigo, 24para decirme: &#171;El Se&#241;or nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos o&#237;do su voz que sal&#237;a del fuego. Hoy hemos visto que un simple mortal puede hablar con Dios y continuar con vida. 25Pero &#191;por qu&#233; tenemos que arriesgarnos de nuevo a morir devorados por este terrible fuego? Si seguimos oyendo la voz del Se&#241;or nuestro Dios, moriremos. 26Pues &#191;qu&#233; mortal existe, que habiendo o&#237;do la voz del Dios vivo habl&#225;ndole desde el fuego, como la hemos o&#237;do nosotros, haya vivido para contarlo?#Heb 12,18-19. 27Por eso, ac&#233;rcate t&#250; al Se&#241;or nuestro Dios, escucha todo lo que &#233;l te diga, y luego t&#250; nos lo transmites. Nosotros lo escucharemos y lo obedeceremos&#187;.</div><div class="p"> 28El Se&#241;or os escuch&#243; cuando me hablabais, y me dijo: He o&#237;do lo que te dec&#237;a este pueblo, y me parece muy bien todo lo que han dicho. 29&#161;Ojal&#225; conserven siempre esa actitud, respet&#225;ndome y cumpliendo mis mandamientos todos los d&#237;as, para que tanto ellos como sus hijos tengan siempre una vida dichosa! 30Ahora ve a decirles que regresen a sus tiendas. 31Pero t&#250; qu&#233;date aqu&#237; conmigo, y te dar&#233; a conocer todos los estatutos, normas y decretos que deber&#225;s ense&#241;arles, para que los observen en la tierra que les voy a dar en herencia.</div><div class="p"> 32Tened, pues, cuidado de hacer lo que el Se&#241;or vuestro Dios os ha mandado, sin desviaros a derecha ni a izquierda. 33Id por el camino que el Se&#241;or vuestro Dios os ha trazado: as&#237; ser&#233;is dichosos y tendr&#233;is larga vida en la tierra de la que vais a tomar posesi&#243;n.</div>
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