SOFONÍAS 1:12-18
SOFONÍAS 1:12-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Acontecerá en aquel tiempo que inspeccionaré a Jerusalén con linterna y castigaré a todos aquellos que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: «El Señor ni hará bien ni hará mal». Por tanto, serán saqueados sus bienes y asoladas sus casas; edificarán casas, mas no las habitarán, plantarán viñas, mas no beberán de su vino. ¡Cercano está el día grande del Señor! ¡Cercano, muy próximo! Amargo será el clamor del día del Señor; hasta el valiente allí gritará. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de sombras profundas, día de trompeta y de alarido sobre las ciudades fortificadas y sobre las altas torres. Colmaré de angustia a los mortales, y ellos andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor. Su sangre será derramada como polvo y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira del Señor, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su enojo, porque él exterminará repentinamente a todos los habitantes de la tierra.
SOFONÍAS 1:12-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Acontecerá además en aquel tiempo, que inspeccionaré a Jerusalén linterna en mano y castigaré a los desaprensivos que dentro de su corazón se dicen: «El Señor no actúa, ni para mal ni para bien». Sus riquezas serán saqueadas, sus casas quedarán destruidas; las edificarán, mas no las habitarán; plantarán viñas, pero no beberán su vino. Se acerca el gran día del Señor, rápidamente se aproxima; en ese día se alzará un gran clamor, hasta el valiente quedará angustiado. Día de ira será aquel día, día de angustia y aflicción, día de ruina y desolación, día de oscuridad y tinieblas, día de densos nubarrones, día de clarines y gritos de guerra contra las fortificadas ciudades, contra sus elevadas almenas. Colmaré de angustia a la gente que andará, como los ciegos, a tientas; su sangre será derramada como polvo y su carne [tirada] como estiércol, por haber pecado contra el Señor. Ni su plata ni su oro podrán librarlos cuando se encienda la ira del Señor; el fuego ardiente de su celo consumirá totalmente la tierra, y acabará de forma aterradora con todos los que la habitan.
SOFONÍAS 1:12-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“En aquel tiempo tomaré una lámpara y registraré Jerusalén. Castigaré entonces a la gente que se siente tranquila como el vino reposado, y que se dice a sí misma: ‘¡El Señor no hará nada, ni bueno ni malo!’ Por eso, sus tesoros serán saqueados y sus casas destruidas. Construirán casas, pero no vivirán en ellas; plantarán viñas, pero no beberán de su vino.” ¡Ya está cerca el gran día del Señor! ¡Ya está cerca, viene de prisa! El estruendo del día del Señor será amargo: ¡hasta los más valientes gritarán entonces! Será un día de ira, de angustia y aflicción, de ruina y desolación, de oscuridad y tinieblas, de nublado y sombras profundas; será un día de trompeta y de clamor contra las ciudades fortificadas y sus altas torres. Dice el Señor: “Pondré en apuros a la gente. Caminarán como ciegos, porque pecaron contra mí. Su sangre será derramada como polvo y su carne amontonada como estiércol.” En el día de la ira del Señor, no salvará a la gente ni su plata ni su oro, porque el fuego del enojo del Señor consumirá el país por entero. ¡Todos los habitantes de la tierra quedarán destruidos en un solo instante!
SOFONÍAS 1:12-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En aquel tiempo registraré Jerusalén con lámparas para castigar a los que reposan tranquilos como vino en su sedimento, a los que piensan: “El SEÑOR no va a hacer nada, ni para bien ni para mal”. En botín se convertirán sus riquezas, sus casas, en desolación: “Edificarán casas, pero no las habitarán; plantarán viñas, pero del vino no beberán”. SEÑOR »Ya se acerca el gran día del SEÑOR; a toda prisa se acerca. El estruendo del día del SEÑOR será amargo, y aun el más valiente gritará. Día de ira será aquel día, día de acoso y angustia, día de devastación y ruina, día de tinieblas y penumbra, día de niebla y densos nubarrones, día de trompeta y grito de batalla contra las ciudades fortificadas, contra los altos bastiones. De tal manera acosaré a los hombres que andarán como ciegos, porque pecaron contra el SEÑOR. Su sangre será derramada como polvo y sus entrañas, como estiércol. No los podrán librar ni su plata ni su oro en el día de la ira del SEÑOR. En el fuego de su celo será toda la tierra consumida; en un instante reducirá a la nada a todos los habitantes de la tierra».