ZACARÍAS 13:1-9
ZACARÍAS 13:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. Y en aquel día, dice el Señor de los ejércitos, quitaré del país los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; también exterminaré de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia. Y acontecerá que si alguno continúa profetizando, le dirán el padre y la madre que lo engendraron: «Tú no vivirás, porque has hablado mentira en el nombre del Señor». Y el padre y la madre que lo engendraron lo traspasarán cuando profetice. Sucederá en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profeticen; nunca más vestirán el manto de pelo para engañar. Cada cual dirá: «No soy profeta; soy labrador de la tierra, pues he estado en el campo desde mi juventud». Y si alguien le pregunta: «¿Qué heridas son estas en tus manos?», él responderá: «Las recibí en casa de mis amigos». ¡Levántate, espada, contra el pastor y contra el hombre que me acompaña!, dice el Señor de los ejércitos. Hiere al pastor y serán dispersadas las ovejas; yo tornaré mi mano contra los pequeñitos. Y acontecerá en toda la tierra, dice el Señor, que dos tercios serán exterminados y se perderán, mas el otro tercio quedará en ella. A este tercio lo meteré en el fuego, lo fundiré como se funde la plata, lo probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo lo oiré. Yo diré: «Pueblo mío». Él dirá: «El Señor es mi Dios».
ZACARÍAS 13:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Aquel día surgirá un manantial donde la dinastía de David y los habitantes de Jerusalén puedan lavar su pecado y su impureza. Aquel día —oráculo del Señor del universo— extirparé de esta tierra los nombres de los ídolos a los que ya nunca más se invocará; haré también que desaparezcan de esta tierra los [falsos] profetas y el espíritu de impureza. Y si alguno sigue profetizando, el padre y la madre que lo engendraron le dirán: «No mereces vivir, pues anuncias mentiras en nombre del Señor». Y sus mismos padres lo pasarán a espada cuando él se haga pasar por profeta. Aquel día se sonrojarán los profetas de sus propias visiones y no se vestirán el manto de pelo dispuestos a engañar, sino que cada uno dirá: «No soy profeta; soy tan solo un labrador ocupado desde mi juventud en cultivar la tierra». Y si alguno le pregunta: «¿Qué heridas son esas que tienes en las manos?», él responderá: «Me las han hecho en casa de mis amigos». ¡Dirígete, espada, contra mi pastor, haz frente a mi ayudante! —oráculo del Señor del universo—. Hiere al pastor y se dispersará el rebaño; incluso a los más pequeños golpearé. Y sucederá que en todo el país —oráculo del Señor— perecerán exterminados dos tercios, quedando solo el otro tercio. Haré pasar por el fuego a este tercio, lo purificaré como se hace con la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Me invocará y yo lo escucharé; yo diré: «Es mi pueblo»; y él responderá: «El Señor es mi Dios».
ZACARÍAS 13:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“En aquel tiempo se abrirá un manantial, para que en él puedan lavar sus pecados y su impureza los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén. Y en todo este país destruiré hasta los nombres de los ídolos, para que no sigan siendo invocados. Y también quitaré del país a los profetas y a todo espíritu impuro. Yo, el Señor, doy mi palabra. “Entonces, cuando alguno quiera profetizar, sus propios padres le dirán: ‘¡Tú has de morir, porque pretendes hacer pasar tus mentiras por mensajes del Señor!’ ¡Sus propios padres lo apuñalarán cuando se esté haciendo pasar por profeta! En aquel tiempo, los profetas tendrán vergüenza de sus visiones cuando profeticen. Ninguno engañará poniéndose el manto de pieles de los profetas, sino que cada cual dirá: ‘Yo no soy profeta, sino labrador. Desde niño me he dedicado a trabajar en el campo.’ Y si alguien le pregunta: ‘¿Pues qué heridas son esas que traes en el cuerpo?’, él contestará: ‘Me las hicieron en casa de mis amigos.’ ” El Señor todopoderoso afirma: “¡Levántate, espada, contra mi pastor y contra mi ayudante! ¡Mata al pastor y el rebaño se dispersará, y yo me volveré contra los corderos! Morirán dos terceras partes de los que habitan en este país: solo quedará con vida la tercera parte. Y a esa parte que quede la haré pasar por el fuego, la purificaré como se purifica la plata, la afinaré como se afina el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les contestaré. Los llamaré ‘Pueblo mío’ y ellos responderán: ‘El Señor es nuestro Dios.’ Yo, el Señor, doy mi palabra.”
ZACARÍAS 13:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén. »En aquel día arrancaré del país los nombres de los ídolos, y nunca más volverán a ser invocados —afirma el SEÑOR Todopoderoso—. También eliminaré del país a los profetas y la impureza que los inspira. Y, si hubiera todavía alguno que quisiera profetizar, sus propios padres le dirán: “Has mentido en el nombre del SEÑOR. Por tanto, debes morir”. Y, por meterse a profeta, sus propios padres lo traspasarán con espada. »En aquel día los profetas se avergonzarán de sus visiones proféticas. Ya no engañarán a nadie vistiéndose con mantos de piel, sino que cada cual dirá: “Yo no soy profeta, sino agricultor. Desde mi juventud, la tierra ha sido mi ocupación”. Y, si alguien le pregunta: “¿Por qué tienes esas heridas en las manos?”, él responderá: “Son las heridas que me hicieron en casa de mis amigos”. »¡Despierta, espada, contra mi pastor, contra el hombre en quien confío! —afirma el SEÑOR Todopoderoso—. Hiere al pastor para que se dispersen las ovejas y vuelva yo mi mano contra los corderitos. Las dos terceras partes del país serán abatidas y perecerán; solo una tercera parte quedará con vida —afirma el SEÑOR—. Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El SEÑOR es nuestro Dios”.