CANTARES 2:8-13
CANTARES 2:8-13 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡La voz de mi amado! ¡Ya viene, saltando sobre los montes, brincando por los collados! Semejante a una gacela es mi amado; como un joven cervatillo. Ya está aquí, tras la tapia, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías. Habló mi amado, y me dijo: «Amada mía, hermosa mía, levántate y ven. Ya ha pasado el invierno, y con él cesaron y se fueron las lluvias; han brotado las flores en la tierra, ha venido el tiempo de la canción y se oye el arrullo de la tórtola en nuestro país. Ya la higuera ha dado sus higos y las vides en cierne, su olor.
CANTARES 2:8-13 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Es la voz de mi amor! Miradlo cómo viene, brincando por los montes, saltando por los cerros. Mi amor es como un corzo, es como un cervatillo. Mirad, se ha parado tras la tapia, mirando por las ventanas, espiando entre las rejas. Mi amor habla y me dice: «Levántate, mi amada, hermosa mía, y ven. Que el invierno ha pasado, han cesado y se han ido las lluvias. Brotan flores en la tierra, llega el tiempo de los cantos y el arrullo de la tórtola ya se oye en nuestros campos. Las higueras echan higos y hay aroma de uva en flor. Levántate, mi amada, hermosa mía, y ven.
CANTARES 2:8-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¡Ya viene mi amado! ¡Ya escucho su voz! Viene saltando sobre los montes, viene saltando por las colinas. Mi amado es como un corzo, como un cervatillo. ¡Aquí está ya, tras la puerta, asomándose a la ventana, espiando a través de la reja! Mi amado me dijo: “Levántate, amor mío; anda, cariño, vamos. ¡Mira! El invierno ha pasado y con él se han ido las lluvias. Ya han brotado flores en el campo, ya ha llegado el tiempo de cantar, ya se escucha en nuestra tierra el arrullo de las tórtolas. Ya tiene higos la higuera, y los viñedos esparcen su aroma.
CANTARES 2:8-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¡La voz de mi amado! ¡Miradlo, aquí viene! Saltando por las colinas, brincando por las montañas. Mi amado es como un venado; se parece a un cervatillo. ¡Miradlo, de pie tras nuestro muro, espiando por las ventanas, atisbando por las celosías! Mi amado me habló y me dijo: «¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa! ¡Mira, el invierno se ha ido, y con él han cesado y se han ido las lluvias! Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado! Ya se escucha por toda nuestra tierra el arrullo de las tórtolas. La higuera ofrece ya sus primeros frutos, y las viñas en ciernes esparcen su fragancia. ¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa!»