RUT 3:12-18
RUT 3:12-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Aunque es cierto que soy pariente cercano, hay un pariente más cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redime, bien, que te redima; pero si no quiere redimirte, yo te redimiré. El Señor es testigo. Acuéstate hasta la mañana. Ella durmió a sus pies hasta la mañana y se levantó antes de que pudiese ser reconocida; porque Booz había dicho: «Que no se sepa que una mujer ha venido al campo». Después él le pidió: —Quítate el manto con que te cubres y sujétalo bien. Mientras ella lo sujetaba, midió Booz seis medidas de cebada y se las puso encima. Entonces ella se fue a la ciudad. Cuando llegó a casa de su suegra, esta le preguntó: —¿Qué tal, hija mía? Rut le contó todo cuanto le había ocurrido con aquel hombre, y añadió: —Me dio estas seis medidas de cebada, y me dijo: «Para que no vuelvas a la casa de tu suegra con las manos vacías». Entonces Noemí dijo: —Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve esto; porque aquel hombre no descansará hasta dejar solucionado hoy mismo el asunto.
RUT 3:12-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Ahora bien, aunque es cierto que yo soy tu rescatador legal, hay otro con más derecho que yo. Quédate aquí esta noche y mañana, si el otro quiere responder por ti, que lo haga; y si no quiere, te juro que yo responderé por ti. Acuéstate hasta mañana. Ella durmió a sus pies hasta la mañana y se levantó antes de que pudiese ser reconocida, pues él había dicho: —Que nadie sepa que esta mujer ha venido a la era. Luego le dijo: —Trae el manto que llevas y sujétalo. Mientras ella lo sujetó, él echó unos ciento treinta kilos de cebada y le ayudó a cargarlos. Luego Rut se fue a la ciudad. Cuando llegó a casa de su suegra, esta le preguntó: —¿Qué tal, hija mía? Rut le contó todo lo que Boaz había hecho por ella, y añadió: —También me ha dado toda esta cebada y me ha dicho: «No quiero que vuelvas a casa de tu suegra con las manos vacías». Noemí le dijo: —Hija mía, aguarda hasta que sepas qué sucede, pues este hombre no descansará hasta dejar solucionado hoy mismo el asunto.
RUT 3:12-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Sin embargo, aunque es verdad que soy pariente cercano tuyo, tú tienes otro pariente aún más cercano que yo. Quédate aquí esta noche. Si mañana él quiere cumplir con sus deberes de pariente, que lo haga; pero si no lo hace, te prometo delante del Señor que yo lo haré. Ahora duérmete hasta que amanezca. Rut durmió aquella noche a los pies de Booz. Al día siguiente se levantó antes del amanecer, cuando todavía estaba muy oscuro, porque Booz había dicho: “Nadie debe saber que esta mujer ha venido a la era.” Entonces Booz le dijo: –Quítate la capa y sujétala bien. Mientras Rut sostenía su capa, Booz echó en ella más de cuarenta kilos de cebada. Luego la ayudó a echarse la carga sobre el hombro, y ella se fue a la ciudad. Cuando Rut llegó a donde estaba su suegra, esta le preguntó: –¿Qué tal te fue, hija mía? Rut le contó todo lo que Booz había hecho por ella, y añadió: –Me dio toda esta cebada y me dijo: ‘No debes volver a tu suegra con las manos vacías.’ Entonces Noemí dijo: –Ahora, hija mía, espera a ver qué pasa. Este hombre no descansará hoy hasta dejar resuelto el asunto.
RUT 3:12-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ahora bien, aunque es cierto que soy un pariente que puede redimirte, hay otro más cercano que yo. Quédate aquí esta noche. Mañana, si él quiere redimirte, está bien que lo haga. Pero, si no está dispuesto a hacerlo, ¡tan cierto como que el SEÑOR vive, te juro que yo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta que amanezca. Así que se quedó acostada a sus pies hasta el amanecer, y se levantó cuando aún estaba oscuro; pues él había dicho: «Que no se sepa que una mujer vino a la era». Luego Booz le dijo: ―Pásame el manto que llevas puesto y sostenlo firmemente. Rut lo hizo así, y él echó en el manto veinte kilos de cebada y puso la carga sobre ella. Luego él regresó al pueblo. Cuando Rut llegó adonde estaba su suegra, esta le preguntó: ―¿Cómo te fue, hija mía? Rut le contó todo lo que aquel hombre había hecho por ella, y añadió: ―Me dio estos veinte kilos de cebada, y me dijo: “No debes volver a tu suegra con las manos vacías”. Entonces Noemí le dijo: ―Espérate, hija mía, a ver qué sucede, porque este hombre no va a descansar hasta dejar resuelto este asunto hoy mismo.