Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

RUT 2:8-16

RUT 2:8-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Entonces Booz dijo a Rut: –Escucha, hija mía, no vayas a recoger espigas a ningún otro campo. Quédate aquí, con mis criadas, y luego síguelas a donde veas que los segadores están trabajando. Ya he ordenado a mis criados que nadie te moleste. Cuando tengas sed, ve a donde están las vasijas del agua y toma de la que ellos sacan. Rut, inclinándose hasta el suelo en señal de respeto, le preguntó a Booz: –¿Por qué te has fijado en mí y eres tan amable conmigo, siendo yo una extranjera? Booz respondió: –Sé muy bien todo lo que has hecho por tu suegra desde que murió tu marido, y también sé que dejaste a tus padres y tu patria por venir a vivir con nosotros, que éramos gente desconocida para ti. ¡Que Dios te lo pague! ¡Que el Señor y Dios de Israel, en quien has buscado amparo, te premie por todo lo que has hecho! Ella le contestó: –Eres muy amable conmigo, y tus palabras me llenan de aliento. Me has hablado con cariño, aunque yo ni siquiera soy como una de tus criadas. A la hora de comer, Booz llamó a Rut y le dijo: –Ven acá, toma un pedazo de pan y mójalo en esta salsa de vinagre. Rut se sentó junto a los segadores, y Booz le dio grano tostado. Ella comió hasta quedar satisfecha, y todavía le sobró. Luego, cuando fue otra vez a recoger espigas, Booz ordenó a sus criados: –Dejad que también recoja espigas entre los manojos de cebada. No se lo impidáis. Y aun dejad caer algunas espigas de vuestros propios manojos, para que ella las recoja. ¡Que nadie la moleste!

Compartir
Lee RUT 2

RUT 2:8-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Entonces Booz le dijo a Rut: ―Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas a otro campo, ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criadas, fíjate bien en el campo donde se esté cosechando, y síguelas. Ya les ordené a los criados que no te molesten. Y, cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas y bebe del agua que los criados hayan sacado. Rut se inclinó hacia la tierra, se postró sobre su rostro y exclamó: ―¿Cómo es que te he caído tan bien a ti, hasta el punto de fijarte en mí, siendo solo una extranjera? ―Ya me han contado —le respondió Booz— todo lo que has hecho por tu suegra desde que murió tu esposo; cómo dejaste padre y madre, y la tierra donde naciste, y viniste a vivir con un pueblo que antes no conocías. ¡Que el SEÑOR te recompense por lo que has hecho! Que el SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te lo pague con creces. ―¡Ojalá siga yo siendo de tu agrado, mi señor! —contestó ella—. Tú me has consolado y me has hablado con cariño, aunque ni siquiera soy como una de tus siervas. A la hora de comer, Booz le dijo: ―Ven acá. Sírvete pan y moja tu bocado en el vinagre. Cuando Rut se sentó con los segadores, Booz le ofreció grano tostado. Ella comió, quedó satisfecha, y hasta le sobró. Después, cuando ella se levantó a recoger espigas, él dio estas órdenes a sus criados: ―Aun cuando saque espigas de las gavillas mismas, no la hagáis pasar vergüenza. Más bien, dejad caer algunas espigas de los manojos para que ella las recoja, ¡y no la reprendáis!

Compartir
Lee RUT 2