RUT 2:3-10
RUT 2:3-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Rut se marchó a espigar al campo detrás de los segadores y por casualidad se encontró en una finca de Boaz, el pariente de Elimélec. En esas, Boaz llegaba de Belén y saludó a los segadores: —¡Que el Señor sea con vosotros! Y ellos le contestaron: —¡Que el Señor te bendiga! Luego Boaz preguntó al capataz de los segadores: —¿De quién es esa joven? El capataz le respondió: —Es la joven moabita que ha venido con Noemí de las tierras de Moab. Me pidió permiso para espigar y reunir unas gavillas detrás de los segadores. Llegó esta mañana y ha estado en pie desde entonces hasta ahora, sin descansar un momento. Boaz dijo a Rut: —Escucha, hija, no vayas a espigar a ningún otro campo; no te alejes de aquí y así podrás seguir con mis criadas. Fíjate en qué campo cosechan y síguelas. He dado órdenes a los criados para que no te molesten. Y cuando tengas sed, te acercas a los cántaros y bebes del agua que saquen los criados. Rut inclinó su rostro, hizo una reverencia en tierra y le dijo: —¿Por qué me tratas con amabilidad y te interesas por mí, que soy una extranjera?
RUT 2:3-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Fue, pues, y al llegar, se puso a espigar en el campo tras los segadores. Y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el pariente de Elimelec. Llegaba entonces Booz de Belén, y dijo a los segadores: —El Señor sea con vosotros. —El Señor te bendiga —le respondieron ellos. Luego Booz le preguntó a su criado, el encargado de los segadores: —¿De quién es esta joven? El criado encargado de los segadores respondió: —Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab. Me ha dicho: «Te ruego que me dejes espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas». Llegó esta mañana y ha estado trabajando desde entonces hasta ahora, sin descansar ni un solo momento. Entonces Booz dijo a Rut: —Oye, hija mía, no te vayas, ni recojas espigas en otro campo; te quedarás aquí junto a mis criadas. Fíjate en qué campo cosechan y síguelas; pues he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. Entonces ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: —¿Por qué me tratas con amabilidad y te interesas por mí, si yo soy una extranjera?
RUT 2:3-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Rut, pues, fue al campo y se puso a recoger las espigas que dejaban los segadores. Y tuvo la suerte de que aquel campo fuera de Booz, el pariente de Elimélec. En eso, Booz llegó de Belén y saludó a los segadores: –¡Que el Señor esté con vosotros! –¡Que el Señor te bendiga! –le respondieron. Luego Booz preguntó al capataz de los segadores: –¿De qué familia es esa muchacha? El capataz le contestó: –Es una moabita, que vino de Moab con Noemí. Me pidió permiso para ir detrás de los segadores recogiendo espigas, y se ha pasado trabajando toda la mañana, hasta ahora mismo que ha venido a descansar un poco. Entonces Booz dijo a Rut: –Escucha, hija mía, no vayas a recoger espigas a ningún otro campo. Quédate aquí, con mis criadas, y luego síguelas a donde veas que los segadores están trabajando. Ya he ordenado a mis criados que nadie te moleste. Cuando tengas sed, ve a donde están las vasijas del agua y toma de la que ellos sacan. Rut, inclinándose hasta el suelo en señal de respeto, le preguntó a Booz: –¿Por qué te has fijado en mí y eres tan amable conmigo, siendo yo una extranjera?
RUT 2:3-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Rut salió y comenzó a recoger espigas en el campo, detrás de los segadores. Y dio la casualidad de que el campo donde estaba trabajando pertenecía a Booz, el pariente de Elimélec. En eso llegó Booz desde Belén y saludó a los segadores: ―¡Que el SEÑOR esté con vosotros! ―¡Que el SEÑOR te bendiga! —respondieron ellos. ―¿De quién es esa joven? —preguntó Booz al capataz de sus segadores. ―Es una joven moabita que volvió de la tierra de Moab con Noemí —le contestó el capataz—. Ella me rogó que la dejara recoger espigas de entre las gavillas, detrás de los segadores. No ha dejado de trabajar desde esta mañana que entró en el campo, hasta ahora que ha venido a descansar un rato en el cobertizo. Entonces Booz le dijo a Rut: ―Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas a otro campo, ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criadas, fíjate bien en el campo donde se esté cosechando, y síguelas. Ya les ordené a los criados que no te molesten. Y, cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas y bebe del agua que los criados hayan sacado. Rut se inclinó hacia la tierra, se postró sobre su rostro y exclamó: ―¿Cómo es que te he caído tan bien a ti, hasta el punto de fijarte en mí, siendo solo una extranjera?