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RUT 1:8-17

RUT 1:8-17 Reina Valera 2020 (RV2020)

Y Noemí dijo a sus dos nueras: —Andad, volveos cada una a la casa de su madre. Que el Señor os trate con la misma bondad que vosotras habéis demostrado con mis hijos ya difuntos y conmigo. Os conceda el Señor que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las despidió con un beso. Pero ellas, deshechas en llanto, exclamaron: —¡De ninguna manera! Nosotras iremos contigo a tu pueblo. Noemí insistió: —Regresad, hijas mías; ¿a qué vais a venir conmigo? ¿Acaso tengo yo más hijos en el vientre que puedan ser vuestros maridos? Regresad, hijas mías, marchaos, porque ya soy demasiado vieja para tener marido. Y aunque dijera: «Todavía tengo esperanzas», y esta misma noche estuviera con algún marido, y aun diera a luz hijos, ¿les esperaríais vosotras hasta que fueran mayores, renunciando por ellos a casaros de nuevo? No, hijas mías; mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano del Señor se ha levantado contra mí. Pero ellas seguían deshechas en llanto. Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se quedó con ella. Noemí dijo: —Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; ve tú tras ella. Rut respondió: —No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a dondequiera que tú vayas, iré yo, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo y allí seré sepultada. Traiga el Señor sobre mí el peor de los castigos, si nos separa otra cosa que la muerte.

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RUT 1:8-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

pero en el camino les dijo: –Andad, volveos a vuestra casa, cada una con su madre. Que el Señor os trate siempre con bondad, como también vosotras nos tratasteis a mí y a mis hijos, y que os permita casaros otra vez y formar un hogar feliz. Luego Noemí les dio un beso de despedida, pero ellas se echaron a llorar y le dijeron: –¡No! ¡Nosotras volveremos contigo a tu país! Noemí insistió: –Marchaos, hijas mías, ¿para qué queréis seguir conmigo? Yo ya no voy a tener más hijos que puedan casarse con vosotras. Andad, volved a vuestra casa. Yo soy muy vieja para volverme a casar; y aunque tuviera aún esa esperanza, y esta misma noche me casara y llegara a tener más hijos, ¿ibais a esperar hasta que fueran mayores, para casaros con ellos? ¿Os quedaríais sin casar por esperarlos? No, hijas mías, de ninguna manera. El Señor me ha enviado amargos sufrimientos, pero más amarga sería mi pena si os viera sufrir a vosotras. Ellas se echaron a llorar nuevamente. Al fin, Orfá se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se quedó con ella. Entonces Noemí le dijo: –Mira, tu concuñada se vuelve a su país y a sus dioses. Vete con ella. Pero Rut le contestó: –¡No me pidas que te deje y me separe de ti! Iré a donde tú vayas y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí quiero ser enterrada. ¡Que el Señor me castigue con toda dureza si me separo de ti, a menos que sea por la muerte!

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RUT 1:8-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Entonces Noemí les dijo a sus dos nueras: ―¡Mirad, volved cada una a la casa de vuestra madre! Que el SEÑOR os trate a vosotras con el mismo amor y lealtad que vosotras habéis mostrado con los que murieron y conmigo. Que el SEÑOR os conceda hallar seguridad en un nuevo hogar, al lado de un nuevo esposo. Luego las besó. Pero ellas, deshechas en llanto, exclamaron: ―¡No! Nosotras volveremos contigo a tu pueblo. ―¡Volved a vuestra casa, hijas mías! —insistió Noemí—. ¿Para qué os vais a venir conmigo? ¿Acaso voy a tener más hijos que pudieran casarse con vosotras? ¡Volved a vuestra casa, hijas mías! ¡Regresad! Yo soy demasiado vieja para volver a casarme. Aun si abrigara esa esperanza, y esta misma noche me casara y llegara a tener hijos, ¿los esperaríais vosotras hasta que crecieran? ¿Y por ellos os quedaríais sin casaros? ¡No, hijas mías! Mi amargura es mayor que la vuestra; ¡la mano del SEÑOR se ha levantado contra mí! Una vez más alzaron la voz, deshechas en llanto. Luego Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se aferró a ella. ―Mira —dijo Noemí—, tu cuñada se vuelve a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete con ella. Pero Rut respondió: ―¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! »Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí seré sepultada. ¡Que me castigue el SEÑOR con toda severidad si me separa de ti algo que no sea la muerte!»

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