ROMANOS 9:14-24
ROMANOS 9:14-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Entonces, qué diremos? ¿Que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! Porque Dios le dijo a Moisés: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia y me compadeceré del que yo me compadezca . Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura le dice al Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra . De manera que Dios tiene misericordia de quien él quiere, y endurece al que él quiere endurecer. Entonces me dirás: «¿Por qué Dios todavía nos echa la culpa? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?». Pero tú, hombre, ¿quién eres, para replicar a Dios? ¿Acaso el vaso de barro dirá al que lo formó: «Por qué me has hecho así»? ¿O es que el alfarero no tiene libertad para hacer del mismo barro un vaso para uso especial y otro para uso ordinario? ¿Y qué, si Dios, al querer mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para muerte? ¿Y qué, si dio a conocer las riquezas de su gloria para los vasos de misericordia que él había preparado para esa gloria? Esos a quienes Dios llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles, somos nosotros.
ROMANOS 9:14-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! Es un hecho que a Moisés le dice: «Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla, y seré compasivo con quien yo quiera serlo». Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios. Porque la Escritura le dice al faraón: «Te he levantado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra». Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer. Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?» Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?”?» ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo y estaban destinados a la destrucción? ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria? Esos somos nosotros, a quienes Dios llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles.
ROMANOS 9:14-24 La Palabra (versión española) (BLP)
¿Quiere esto decir que Dios es injusto? ¡De ningún modo! Él fue quien dijo a Moisés: Tendré compasión de quien me plazca y usaré de clemencia con quien quiera. No es, pues, cuestión de querer o de afanarse, sino de que Dios se muestre compasivo. A este respecto dice la Escritura al faraón: Te hice surgir para demostrar en ti mi poder y para hacer famoso mi nombre en toda la tierra. En una palabra, Dios tiene compasión de quien quiere y deja que se obstine a quien le place. Alguien tal vez objetará: Si nadie es capaz de oponerse al plan divino, ¿cómo puede Dios recriminar algo al ser humano? Pero ¿y quién eres tú, mísero mortal, para exigir cuentas a Dios? ¿Le dice acaso la pieza de barro al alfarero: «Por qué me hiciste así»? ¿No tiene facultad el alfarero para hacer del mismo barro un jarrón de lujo o un recipiente ordinario? Así es Dios. Cuando quiere, muestra su indignación y pone de manifiesto su poder. Pero puede también soportar con toda paciencia a esos que son objeto de indignación y están abocados a la ruina. De este modo manifiesta las riquezas de su gloria en aquellos a quienes hizo objeto de su amor y preparó para esa gloria. Esos somos nosotros, convocados no solo de entre los judíos, sino también de entre los paganos.
ROMANOS 9:14-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿Diremos por esto que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! Porque Dios dijo a Moisés: “Tendré misericordia de quien yo quiera tenerla y tendré compasión de quien bien me parezca.” Así pues, no depende de que el hombre quiera o se esfuerce, sino de que Dios tenga compasión. En la Escritura, Dios le dice al faraón: “Te hice rey precisamente para mostrar en ti mi poder, y para darme a conocer en toda la tierra.” De modo que Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla y endurece el corazón a quien quiere endurecérselo. Quizá tú me dirás: “Siendo así, ¿de qué va a culpar Dios al hombre, si nadie puede oponerse a su voluntad?” Pero tú, hombre, ¿quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: “Por qué me has hecho así”? El alfarero tiene el poder de hacer lo que quiera con el barro, y de un mismo barro puede hacer una vasija para uso especial y otra para uso común. Pues bien, Dios, queriendo dar un ejemplo de castigo y mostrar su poder, soportó con mucha paciencia a aquellos que merecían el castigo e iban a ser destruidos. Al mismo tiempo quiso dar a conocer en nosotros la grandeza de su gloria, pues tuvo compasión de nosotros y nos preparó de antemano para que tuviéramos parte en ella. Así que Dios nos llamó, a unos de entre los judíos y a otros de entre los no judíos.