ROMANOS 7:7-12
ROMANOS 7:7-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Entonces, qué diremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, yo no hubiera conocido el pecado, de no ser por la ley; y tampoco hubiera conocido la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás . Pero el pecado aprovechó la ocasión y por medio del mandamiento despertó en mí toda clase de codicia, porque sin la ley el pecado está muerto. Así que yo, por algún tiempo vivía sin la ley; pero al venir el mandamiento, el pecado revivió. Y yo morí, y me di cuenta de que el mismo mandamiento que era para dar vida, a mí me resultó mortal, porque el pecado aprovechó la ocasión y por medio del mandamiento me engañó, y por él me mató. De manera que en realidad la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.
ROMANOS 7:7-12 La Palabra (versión española) (BLP)
¿Querrá todo esto decir que la ley es pecado? ¡De ningún modo! Claro que, sin la ley, yo no habría experimentado el pecado. Por ejemplo, yo ignoraba lo que es tener malos deseos, hasta que vino la ley y dijo: No tengas malos deseos. Fue el pecado el que, aprovechando la ocasión que le proporcionaba el mandamiento, despertó en mí toda clase de malos deseos; sin la ley, pues, el pecado sería ineficaz. Hubo un tiempo en que, al no haber ley, todo era vida para mí. Pero, al venir el mandamiento, revivió el pecado, y la muerte se abatió sobre mí. Un mandamiento que debía ser portador de vida, se convirtió para mí en instrumento de muerte. Porque el pecado se aprovechó del mandamiento para engañarme y, valiéndose de él, me causó la muerte. La ley, ciertamente, es santa. Y los mandamientos son santos, justos y buenos.
ROMANOS 7:7-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿Vamos a decir por esto que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, yo no habría conocido el pecado si no hubiera sido por la ley. En efecto, jamás habría sabido lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: “No codicies.” Pero el pecado, valiéndose del propio mandamiento, despertó en mí toda clase de malos deseos; pues mientras no hay ley, el pecado es cosa muerta. Hubo un tiempo en que, sin la ley, yo tenía vida; pero cuando vino el mandamiento cobró vida el pecado, y yo morí. Así resultó que aquel mandamiento que debía darme la vida me llevó a la muerte, porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y con el mismo mandamiento me dio la muerte. En resumen, la ley en sí misma es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.
ROMANOS 7:7-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No codicies». Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto. En otro tiempo yo tenía vida aparte de la ley; pero, cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí. Se me hizo evidente que el mismo mandamiento que debía haberme dado vida me llevó a la muerte; porque el pecado se aprovechó del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató. Concluimos, pues, que la ley es santa, y que el mandamiento es santo, justo y bueno.