ROMANOS 1:8-15
ROMANOS 1:8-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, pues por todo el mundo es anunciada vuestra fe. Dios, a quien sirvo de todo corazón con el anuncio del evangelio de su Hijo, es testigo de que me acuerdo siempre de vosotros en mis oraciones, y ruego a Dios que de alguna manera, si es su voluntad, me abra el camino para ir a visitaros. De verdad, deseo ir a veros, para impartiros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos, o mejor dicho, para ser mutuamente fortalecidos por la fe que nos es común a vosotros y a mí. No quiero que ignoréis, hermanos, que en muchas ocasiones me he propuesto ir a visitaros para tener también entre vosotros algún fruto, como lo he tenido entre los demás gentiles, pero hasta ahora he encontrado obstáculos. Tanto a griegos como a no griegos, a sabios como a no sabios soy deudor. Así que, en lo que a mí respecta, estoy deseoso de anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
ROMANOS 1:8-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Quiero empezar dando gracias por todos vosotros a mi Dios, mediante Jesucristo, porque en el mundo entero se habla con admiración de vuestra fe. Dios mismo, a quien sirvo de todo corazón anunciando el evangelio de su Hijo, puede garantizar que pienso constantemente en vosotros. Una y otra vez insto a Dios en mis oraciones, a ver si tiene a bien facilitarme el que por fin pueda visitaros. ¿Hará falta que os diga cuántas ganas tengo de veros y poder así comunicaros algún bien espiritual que os fortalezca? Aunque, en realidad, se trata de animarnos mutuamente con esa fe que vosotros y yo tenemos en común. No quiero que ignoréis, hermanos, las muchas veces que he intentado visitaros, sin éxito hasta el momento. Abrigaba la ilusión de cosechar también entre vosotros algún fruto, lo mismo que en otras regiones paganas, ya que me debo por igual a civilizados y a no civilizados, a sabios y a ignorantes. Así que, en cuanto de mí depende, estoy enteramente dispuesto a proclamar el evangelio también entre vosotros, los que residís en Roma.
ROMANOS 1:8-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por cada uno de vosotros, porque en todas partes se habla de vuestra fe. Dios, a quien sirvo con todo mi corazón anunciando el evangelio de su Hijo, es testigo de que continuamente os recuerdo en mis oraciones; y pido siempre a Dios que, si es su voluntad, me conceda ir por fin a visitaros. Porque deseo veros y prestaros alguna ayuda espiritual, para que estéis más firmes; es decir, para que nos animemos unos a otros con esta fe que vosotros y yo tenemos. Quiero que sepáis, hermanos, que muchas veces me he propuesto ir a veros, pero hasta ahora siempre se me han presentado obstáculos. Mi deseo es recoger alguna cosecha espiritual entre vosotros, como la he recogido entre las otras naciones. Me siento en deuda con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes; por eso estoy tan ansioso de anunciaros el evangelio también a vosotros, que vivís en Roma.
ROMANOS 1:8-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, pues en el mundo entero se habla bien de vuestra fe. Dios, a quien sirvo de corazón predicando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que os recuerdo sin cesar. Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitaros. Tengo muchos deseos de veros para impartiros algún don espiritual que os fortalezca; mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos. Quiero que sepáis, hermanos, que, aunque hasta ahora no he podido visitaros, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre vosotros, tal como lo he recogido entre las otras naciones. Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos, instruidos o ignorantes. De ahí mi gran anhelo de predicaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.