ROMANOS 1:1-10
ROMANOS 1:1-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pablo, siervo de Jesucristo, escogido para ser apóstol y apartado para proclamar el evangelio de Dios, que ya él había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras acerca de su Hijo. Me refiero a nuestro Señor Jesucristo que, como ser humano era descendiente de David, pero que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de los muertos. Por medio de él recibimos la gracia del apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre. Entre esas naciones también estáis vosotros, llamados a ser de Jesucristo. A todos los que estáis en Roma, amados de Dios y llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, pues por todo el mundo es anunciada vuestra fe. Dios, a quien sirvo de todo corazón con el anuncio del evangelio de su Hijo, es testigo de que me acuerdo siempre de vosotros en mis oraciones, y ruego a Dios que de alguna manera, si es su voluntad, me abra el camino para ir a visitaros.
ROMANOS 1:1-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Pablo, siervo de Cristo Jesús, elegido por Dios para ser apóstol y destinado a proclamar el evangelio, que Dios mismo había prometido en las Escrituras santas por medio de los profetas, acerca de su Hijo, descendiente, en cuanto hombre, de David y manifestado, en virtud de su resurrección de entre los muertos, como Hijo poderoso de Dios por el Espíritu de santidad. Me refiero a Jesucristo, Señor nuestro, de quien he recibido, para gloria de su nombre, el don de ser apóstol, a fin de que todas las naciones respondan a la fe. Entre ellas os contáis vosotros, elegidos para pertenecer a Jesucristo. A todos los que residís en Roma y habéis sido elegidos por Dios con amor para formar parte de su pueblo, os deseo gracia y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. Quiero empezar dando gracias por todos vosotros a mi Dios, mediante Jesucristo, porque en el mundo entero se habla con admiración de vuestra fe. Dios mismo, a quien sirvo de todo corazón anunciando el evangelio de su Hijo, puede garantizar que pienso constantemente en vosotros. Una y otra vez insto a Dios en mis oraciones, a ver si tiene a bien facilitarme el que por fin pueda visitaros.
ROMANOS 1:1-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado por él a ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios. Por medio de sus profetas, Dios ya lo había prometido en las santas Escrituras. Es el mensaje relativo a su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que como hombre fue descendiente del rey David, pero como espíritu santificador y a partir de su resurrección fue declarado Hijo de Dios y se le dieron plenos poderes. Por medio de Jesucristo, Dios me ha concedido el privilegio de ser su apóstol, para que en todas las naciones haya quienes crean en él y le obedezcan. Entre ellos estáis también vosotros, que vivís en la ciudad de Roma. Dios os ama, y os ha llamado a ser de Jesucristo y formar parte del pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre vosotros. En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por cada uno de vosotros, porque en todas partes se habla de vuestra fe. Dios, a quien sirvo con todo mi corazón anunciando el evangelio de su Hijo, es testigo de que continuamente os recuerdo en mis oraciones; y pido siempre a Dios que, si es su voluntad, me conceda ir por fin a visitaros.
ROMANOS 1:1-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para anunciar el evangelio de Dios, que por medio de sus profetas ya había prometido en las sagradas Escrituras. Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana era descendiente de David, pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor. Por medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe. Entre ellas estáis incluidos también vosotros, a quienes Jesucristo ha llamado. Os escribo a todos vosotros, los amados de Dios que estáis en Roma, que habéis sido llamados a ser santos. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz. En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, pues en el mundo entero se habla bien de vuestra fe. Dios, a quien sirvo de corazón predicando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que os recuerdo sin cesar. Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitaros.