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APOCALIPSIS 5:6-14

APOCALIPSIS 5:6-14 Reina Valera 2020 (RV2020)

Entonces miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos estaba un Cordero que parecía haber sido inmolado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Él vino y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Apenas tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban este cántico nuevo: —Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación. Nos has hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios, y reinaremos sobre la tierra. Miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Su número era millones de millones, y decían a gran voz: —El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todo cuanto hay en ellos, oí decir: —Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, para siempre jamás. Los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!». Y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive para siempre jamás.

APOCALIPSIS 5:6-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Entonces, en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, vi un Cordero. Estaba de pie, aunque mostraba señales de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Aquel Cordero fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono; y en cuanto tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron de rodillas delante del Cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los que pertenecen al pueblo santo. Y cantaban este nuevo canto: “Tú eres digno de tomar el rollo y romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y derramando tu sangre redimiste para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino, hiciste sacerdotes para nuestro Dios y reinarán sobre la tierra.” Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Había millones y millones de ellos, y decían con fuerte voz: “¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza!” Oí también que todas las cosas creadas por Dios en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar, decían: “¡Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea dada la alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos!” Los cuatro seres vivientes respondían: “¡Amén!” Y los veinticuatro ancianos se pusieron de rodillas y adoraron.

APOCALIPSIS 5:6-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Se acercó y recibió el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios. Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra». Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones. Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!» Y oí a toda criatura que hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!» Los cuatro seres vivientes exclamaron: «¡Amén!», y los ancianos se postraron y adoraron.

APOCALIPSIS 5:6-14 La Palabra (versión española) (BLP)

Vi entonces, en medio, un Cordero que estaba entre el trono, los cuatro seres vivientes y los ancianos. Estaba en pie y mostraba señales de haber sido degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Se acercó el Cordero y recibió el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Apenas recibió el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; todos tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantaban a coro este cántico nuevo: —Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación, y has constituido con ellas un reino de sacerdotes que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra. Y escuché en la visión la voz de innumerables ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Eran miríadas de miríadas, miles de miles, y proclamaban en un inmenso coro: —Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza. Y oí también que las criaturas todas del cielo y de la tierra, las que estaban debajo de la tierra y en el mar decían: —Alabanza, honor, gloria y poder por los siglos sin fin al que está sentado en el trono y al Cordero. Los cuatro seres vivientes respondieron: «Amén»; y los ancianos se postraron en profunda adoración.