APOCALIPSIS 20:11-12
APOCALIPSIS 20:11-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Vi luego un trono majestuoso y resplandeciente; vi al que estaba sentado en él ante cuya presencia desaparecieron el cielo y la tierra sin dejar rastro tras de sí; y vi a los muertos, tanto los humildes como los poderosos, que estaban de pie ante el trono. Entonces fueron abiertos los libros y también fue abierto otro libro: el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a las acciones que tenían consignadas en los libros.
APOCALIPSIS 20:11-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Ante su presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se volvieron a ver. Y vi los muertos, grandes y pequeños que estaban delante de Dios. Entonces fueron abiertos los libros y también fue abierto otro libro: el libro de la vida. Y los muertos fueron juzgados por lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros.
APOCALIPSIS 20:11-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Vi luego un trono majestuoso y resplandeciente; vi al que estaba sentado en él ante cuya presencia desaparecieron el cielo y la tierra sin dejar rastro tras de sí; y vi a los muertos, tanto los humildes como los poderosos, que estaban de pie ante el trono. Entonces fueron abiertos los libros y también fue abierto otro libro: el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a las acciones que tenían consignadas en los libros.
APOCALIPSIS 20:11-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Ante su presencia desaparecieron completamente la tierra y el cielo, y no se los volvió a ver por ninguna parte. Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; y fueron abiertos los libros, y también otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con sus hechos, descritos en aquellos libros.
APOCALIPSIS 20:11-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros.