APOCALIPSIS 2:18-29
APOCALIPSIS 2:18-29 Reina Valera 2020 (RV2020)
Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego y pies semejantes al bronce pulido, dice esto: —Yo conozco tus obras, tu amor, tu servicio, tu fe, y tu paciencia. Sé que tus últimas obras son superiores a las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras a Jezabel, esa mujer que dice ser profetisa, que con su enseñanza engaña a mis siervos, incitándolos a cometer inmoralidad sexual y a comer de lo ofrecido a los ídolos. Yo le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su inmoralidad sexual. Por tanto, a ella y a los que con ella adulteran los haré caer en cama; y si no se arrepienten de sus malas obras, los haré sufrir terriblemente. A sus hijos heriré de muerte y todas las iglesias sabrán que yo soy el que sondea la mente y los corazones. A cada uno de vosotros os recompensaré conforme a vuestras obras. Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina y no han conocido lo que ellos llaman «las profundidades de Satanás», yo os digo que no os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. Al vencedor, al que me sea fiel hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, así como yo la he recibido de mi Padre. Gobernará las naciones con cetro de hierro y las despedazará como un vaso de alfarero. Además, le daré la estrella de la mañana. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
APOCALIPSIS 2:18-29 La Palabra (versión española) (BLP)
Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego y los pies semejantes a bronce en fundición: —Conozco tu comportamiento, tu amor, tu fe, tu entrega y tu constancia; sé que tu actual comportamiento mejora incluso el del pasado. Pero tengo que reprocharte el que toleras a Jezabel, esa mujer que se las da de profetisa y que anda seduciendo con sus enseñanzas a mis servidores, incitándolos a vivir en la lujuria y a comer de lo ofrecido a los ídolos. Le he dado tiempo para que se convierta, pero no quiere renunciar a su conducta licenciosa. Pues bien, voy a encadenarla a un lecho de profunda angustia, junto con sus cómplices de adulterio, a menos que se aparten de su perverso proceder. En cuanto a sus hijos, los heriré de muerte, para que todas las iglesias sepan que yo soy el que sondea las conciencias y los corazones y el que dará a cada uno de vosotros según su merecido. A los demás que vivís en Tiatira sin haberos contaminado con esa doctrina —la de los secretos de Satanás, según la llaman—, ninguna otra obligación voy a imponeros. Solo os pido que lo que ahora poseéis lo conservéis intacto hasta mi venida. Y al vencedor, al que me sea fiel hasta el fin, yo le daré poder sobre las naciones para que pueda gobernarlas con cetro de hierro y quebrarlas como vasijas de barro, conforme al poder que recibí de mi Padre. Y le daré también el lucero de la mañana. Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias.
APOCALIPSIS 2:18-29 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Escribe también al ángel de la iglesia de Tiatira: ‘Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce bruñido: Yo sé todo lo que haces; conozco tu amor, tu fe, tu servicio y tu constancia, y sé que ahora estás haciendo más que al principio. Pero tengo una cosa contra ti: toleras a esa mujer, Jezabel, que dice hablar de parte de Dios pero engaña con su enseñanza a mis siervos, incitándolos a entregarse a la prostitución y a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos. Yo le he dado tiempo para que se vuelva a Dios, pero no ha querido hacerlo ni ha abandonado su prostitución. Por eso, voy a hacerla caer en cama y mataré a sus hijos. Y a los que con ella cometen adulterio, si no dejan de portarse como ella, les enviaré grandes sufrimientos. Así todas las iglesias se darán cuenta de que yo conozco hasta el fondo la mente y el corazón, y a cada uno de vosotros le daré según sus hechos. En cuanto a vosotros, los que vivís en Tiatira pero no habéis seguido esa enseñanza ni habéis llegado a conocer lo que ellos llaman los secretos profundos de Satanás, os digo que no os impongo otra carga. Pero conservad lo que tenéis, hasta que yo venga. A los vencedores y a los que hasta el fin sigan haciendo lo que yo quiero que se haga, les daré autoridad sobre las naciones, así como mi Padre me ha dado autoridad a mí. Gobernarán a las naciones con cetro de hierro y las harán pedazos como a ollas de barro. También les daré la estrella de la mañana. ¡Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias!’
APOCALIPSIS 2:18-29 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene ojos que resplandecen como llamas de fuego y pies que parecen bronce al rojo vivo: Conozco tus obras, tu amor y tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y sé que tus últimas obras son más abundantes que las primeras. Sin embargo, tengo en tu contra que toleras a Jezabel, esa mujer que dice ser profetisa. Con su enseñanza engaña a mis siervos, pues los induce a cometer inmoralidades sexuales y a comer alimentos sacrificados a los ídolos. Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo. Por eso la voy a postrar en un lecho de dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella. A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y a cada uno de vosotros os trataré de acuerdo con vuestras obras. Ahora, al resto de los que están en Tiatira, es decir, a vosotros que no seguís esa enseñanza ni habéis aprendido los mal llamados “profundos secretos de Satanás”, os digo que ya no os impondré ninguna otra carga. Eso sí, retened con firmeza lo que ya tenéis, hasta que yo venga. Al que salga vencedor y cumpla mi voluntad hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones—así como yo la he recibido de mi Padre— y “él las gobernará con puño de hierro; las hará pedazos como a vasijas de barro”. También le daré la estrella de la mañana. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.