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APOCALIPSIS 18:9-19

APOCALIPSIS 18:9-19 Reina Valera 2020 (RV2020)

Los reyes de la tierra, los que con ella se han prostituido y han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio. Se mantendrán a distancia ante el horror de su tormento, y dirán: —¡Ay, ay de la gran ciudad, de Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una sola hora vino tu juicio. Los comerciantes de la tierra lloran y hacen lamentación por ella, porque ninguno compra más sus mercaderías: mercadería de oro y plata; de piedras preciosas y perlas; de lino fino, púrpura, seda y escarlata; de toda clase de madera aromática; toda clase de objetos de marfil, de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; canela y especias aromáticas; incienso, mirra y olíbano; vino y aceite; flor de harina y trigo; bestias y ovejas; caballos y carros; y seres humanos vendidos como esclavos. Los frutos que tanto codiciabas se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado y nunca más las recuperarás. Los comerciantes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se mantendrán a distancia ante el horror de su tormento. Llorarán y lamentarán, en estos términos: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y estaba adornada de oro, piedras preciosas y perlas! ¡En un instante fue arrasada tanta riqueza! Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos cuantos faenan en el mar, se mantuvieron alejados, y al ver el humo de su incendio, gritaron: —¿Qué ciudad podía compararse a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas y gritaron, y llorando y lamentándose, decían

APOCALIPSIS 18:9-19 La Palabra (versión española) (BLP)

Los poderosos de la tierra, los que con ella compartieron lujuria y placeres, prorrumpirán en llantos y gemidos cuando contemplen su humeante hoguera. Estremecidos de horror ante el suplicio, exclamarán desde lejos: —¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad tan poderosa! ¡Un instante ha bastado para consumarse tu condena! También los traficantes de la tierra prorrumpirán en llanto y gemidos por ella, porque ya nadie les comprará sus mercancías: oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino, púrpura, seda y escarlata; maderas aromáticas, objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; canela, clavo, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite; trigo y flor de harina; ovejas y ganado mayor; caballos y carros; esclavos y vidas humanas. Ya no gustarás más los frutos sazonados que tanto apetecías; ya todas tus riquezas y tus lujos huyeron para no volver jamás. Todos estos traficantes, enriquecidos a su costa, se mantendrán a distancia estremecidos de horror ante su tormento y entre lágrimas y lamentos exclamarán: ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, que en otro tiempo te vestías de lino, púrpura y grana, y te adornabas con oro, piedras preciosas y perlas! ¡Un instante ha bastado para arrasar tanta riqueza! A su vez, los capitanes de barco, los oficiales, los marineros y todos cuantos faenan en el mar, se mantenían de pie a lo lejos y exclamaban al contemplar la humareda de la ciudad incendiada: —¿Hubo alguna vez una ciudad tan grande como esta? Y, echándose polvo sobre la cabeza, lloraban y se lamentaban, diciendo

APOCALIPSIS 18:9-19 Reina Valera 2020 (RV2020)

Los reyes de la tierra, los que con ella se han prostituido y han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio. Se mantendrán a distancia ante el horror de su tormento, y dirán: —¡Ay, ay de la gran ciudad, de Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una sola hora vino tu juicio. Los comerciantes de la tierra lloran y hacen lamentación por ella, porque ninguno compra más sus mercaderías: mercadería de oro y plata; de piedras preciosas y perlas; de lino fino, púrpura, seda y escarlata; de toda clase de madera aromática; toda clase de objetos de marfil, de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; canela y especias aromáticas; incienso, mirra y olíbano; vino y aceite; flor de harina y trigo; bestias y ovejas; caballos y carros; y seres humanos vendidos como esclavos. Los frutos que tanto codiciabas se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado y nunca más las recuperarás. Los comerciantes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se mantendrán a distancia ante el horror de su tormento. Llorarán y lamentarán, en estos términos: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y estaba adornada de oro, piedras preciosas y perlas! ¡En un instante fue arrasada tanta riqueza! Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos cuantos faenan en el mar, se mantuvieron alejados, y al ver el humo de su incendio, gritaron: —¿Qué ciudad podía compararse a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas y gritaron, y llorando y lamentándose, decían

APOCALIPSIS 18:9-19 La Palabra (versión española) (BLP)

Los poderosos de la tierra, los que con ella compartieron lujuria y placeres, prorrumpirán en llantos y gemidos cuando contemplen su humeante hoguera. Estremecidos de horror ante el suplicio, exclamarán desde lejos: —¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad tan poderosa! ¡Un instante ha bastado para consumarse tu condena! También los traficantes de la tierra prorrumpirán en llanto y gemidos por ella, porque ya nadie les comprará sus mercancías: oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino, púrpura, seda y escarlata; maderas aromáticas, objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; canela, clavo, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite; trigo y flor de harina; ovejas y ganado mayor; caballos y carros; esclavos y vidas humanas. Ya no gustarás más los frutos sazonados que tanto apetecías; ya todas tus riquezas y tus lujos huyeron para no volver jamás. Todos estos traficantes, enriquecidos a su costa, se mantendrán a distancia estremecidos de horror ante su tormento y entre lágrimas y lamentos exclamarán: ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, que en otro tiempo te vestías de lino, púrpura y grana, y te adornabas con oro, piedras preciosas y perlas! ¡Un instante ha bastado para arrasar tanta riqueza! A su vez, los capitanes de barco, los oficiales, los marineros y todos cuantos faenan en el mar, se mantenían de pie a lo lejos y exclamaban al contemplar la humareda de la ciudad incendiada: —¿Hubo alguna vez una ciudad tan grande como esta? Y, echándose polvo sobre la cabeza, lloraban y se lamentaban, diciendo

APOCALIPSIS 18:9-19 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Los reyes de la tierra que se prostituyeron con ella y se entregaron al derroche, llorarán y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio. Se quedarán lejos por miedo a su castigo, y dirán: “¡Ay, ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad poderosa, porque en un instante llegó tu castigo!” Los comerciantes del mundo también llorarán y harán lamentación por aquella ciudad, porque ya no habrá quien les compre sus mercancías: cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, telas de lino, púrpura, seda y escarlata; toda clase de maderas aromáticas; objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; cargamentos de canela y especias aromáticas; incienso, mirra y perfumes; vino, aceite, flor de harina y trigo; animales de carga, ovejas, caballos, carros y hasta esclavos, o sea vidas humanas. Y dirán a la ciudad: “¡Ya no tienes los sabrosos frutos que tanto te gustaban! ¡Para siempre has perdido todos tus lujos y riquezas!” Los que negociaban con esas cosas y se habían enriquecido a costa de la ciudad, se quedarán lejos por miedo a su castigo, llorando y lamentándose, y dirán: “¡Ay, ay de la gran ciudad, la que se vestía de lino, púrpura y escarlata; la que se adornaba con oro, perlas y piedras preciosas! ¡En un instante se ha acabado tanta riqueza!” Todos los capitanes de barco y los que navegan por la costa, los marineros y todos los que se ganan la vida en el mar, se quedaron lejos, y al ver el humo del incendio de la ciudad gritaban: “¿Qué ciudad podía compararse con esta?” Y se echaban polvo en la cabeza, llorando, lamentándose y gritando: “¡Ay, ay de la gran ciudad! Con su riqueza se enriquecieron cuantos tenían barcos en el mar, ¡y en un instante ha quedado destruida!

APOCALIPSIS 18:9-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella. Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!» Los comerciantes de la tierra llorarán y harán duelo por ella, porque ya no habrá quien les compre sus mercaderías: artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino fino, púrpura, telas de seda y escarlata; toda clase de maderas de cedro; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol; cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de corderos; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos. Y dirán: «Se ha apartado de ti el fruto que con toda el alma codiciabas. Has perdido todas tus cosas suntuosas y espléndidas, y nunca las recuperarás». Los comerciantes que vendían estas mercaderías y se habían enriquecido a costa de ella se mantendrán a distancia, aterrorizados al ver semejante castigo. Llorarán y harán lamentación: «¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad, vestida de lino fino, de púrpura y escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas, porque en una sola hora ha quedado destruida toda tu riqueza!» Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos los que viven del mar se detendrán a lo lejos. Al ver el humo del fuego que la consume, exclamarán: «¿Hubo jamás alguna ciudad como esta gran ciudad?» Harán duelo, llorando y lamentándose a gritos: «¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad, con cuya opulencia se enriquecieron todos los dueños de flotas navieras! ¡En una sola hora ha quedado destruida!