APOCALIPSIS 16:17-21
APOCALIPSIS 16:17-21 La Palabra (versión española) (BLP)
El séptimo ángel derramó, finalmente, su copa en el aire, y una voz poderosa procedente del Templo, de junto al trono mismo, clamó: —¡Hecho está! Hubo entonces relámpagos y truenos fragorosos, y un terremoto tan formidable como jamás se dio desde que el mundo es mundo. La gran ciudad se partió en tres; se desmoronaron las restantes ciudades del mundo, y Dios se acordó de la orgullosa Babilonia para hacerle apurar hasta las heces la copa de su terrible indignación. Desaparecieron todas las islas, y de los montes nunca más se supo. Una tromba de granizos descomunales se abatió desde el cielo sobre la gente que, a pesar de todo y más todavía a causa del azote del granizo, terrible sobremanera, siguió blasfemando contra Dios.
APOCALIPSIS 16:17-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
El séptimo ángel derramó su copa por el aire. Y del templo del cielo, desde el trono, salió una gran voz que decía: —¡Hecho está! Entonces hubo relámpagos, estruendos, truenos y un gran temblor de tierra. Nunca, desde que la humanidad habita la tierra, se había sentido un terremoto de semejante magnitud. La gran ciudad se partió en tres partes, y las ciudades de las naciones se desplomaron. Dios se acordó de la gran Babilonia y le dio a beber de la copa que contiene el vino del ardor de su ira. Todas las islas desaparecieron y no se volvieron a ver los montes. Del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, que pesaban unos cuarenta kilos cada uno. Debido a esta plaga tan terrible de granizo, la gente blasfemó contra Dios.
APOCALIPSIS 16:17-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El séptimo ángel vació su copa en el aire, y desde el santuario del cielo salió una fuerte voz que venía del trono y decía: “¡Ya está hecho!” Entonces hubo relámpagos, estruendos y truenos, y la tierra tembló a causa de un terremoto tan violento como jamás hubo otro igual desde que el mundo es mundo. La gran ciudad se partió en tres, y las ciudades del mundo se derrumbaron; y Dios se acordó de la gran ciudad de Babilonia para hacerle beber el vino de su ira terrible. Todas las islas y los montes desaparecieron; del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, de más de cuarenta kilos, y los hombres dijeron cosas ofensivas contra Dios por la calamidad del granizo, porque fue un castigo espantoso.
APOCALIPSIS 16:17-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El séptimo ángel derramó su copa en el aire, y desde el trono del templo salió una fuerte voz que decía: «¡Ya está hecho!» Y hubo relámpagos, estruendos, truenos y un violento terremoto. Nunca, desde que el género humano existe en la tierra, se había sentido un terremoto tan grande y violento. La gran ciudad se partió en tres, y las ciudades de las naciones se desplomaron. Dios se acordó de la gran Babilonia y le dio a beber de la copa llena del vino del furor de su castigo. Entonces huyeron todas las islas y desaparecieron las montañas. Del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, de casi cuarenta kilos cada uno. Y maldecían a Dios por esa terrible plaga.