APOCALIPSIS 15:5-8
APOCALIPSIS 15:5-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Después de esto, vi cómo se abría en el cielo la puerta de la Tienda del testimonio. Y los siete ángeles que llevaban las siete calamidades salieron del Templo vestidos con sus resplandecientes túnicas de lino puro, y con su pecho ceñido de bandas doradas. Vi cómo uno de los cuatro seres vivientes entregaba a los siete ángeles siete copas de oro llenas a rebosar del furor del Dios que vive para siempre. El Templo se llenó del humo de la gloria y del poder de Dios, sin que nadie pudiera entrar allí mientras no se consumaran las siete calamidades que llevaban los siete ángeles.
APOCALIPSIS 15:5-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de esto miré, y en el cielo se abrió el templo, el tabernáculo del testimonio. Del templo salieron los siete ángeles que llevaban las siete plagas. Estaban vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos con bandas de oro a la altura del pecho. Uno de los cuatro seres vivientes dio a cada uno de los siete ángeles una copa de oro llena del furor de Dios, quien vive por los siglos de los siglos. El templo se llenó del humo que procedía de la gloria y del poder de Dios, y nadie podía entrar allí hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.
APOCALIPSIS 15:5-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después de estas cosas miré, y vi que en el cielo se abrió el templo del tabernáculo del testimonio. Del templo salieron los siete ángeles con las siete plagas. Estaban vestidos de lino limpio y resplandeciente, y el pecho ceñido con cintas de oro. Uno de los cuatro seres vivientes entregó a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios, quien vive para siempre jamás. Y el templo se llenó de humo por causa de la gloria de Dios y por su poder. Nadie podía entrar en el templo hasta que se cumplieran las siete plagas de los siete ángeles.
APOCALIPSIS 15:5-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de esto, miré y vi abrirse en el cielo el santuario, la tienda del pacto. Del santuario salieron aquellos siete ángeles que llevaban las siete calamidades. Iban vestidos de lino puro y brillante, y llevaban cinturones de oro a la altura del pecho. Uno de los cuatro seres vivientes dio a cada uno de los siete ángeles una copa de oro llena del terrible castigo que viene de Dios, el cual vive por todos los siglos. El santuario se llenó del humo procedente de la grandeza y el poder de Dios, y nadie podía entrar en él hasta que hubieran cesado las siete calamidades que llevaban los siete ángeles.