SALMOS 9:1-12
SALMOS 9:1-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Te alabaré, Señor, con todo mi corazón. Contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo. Mis enemigos se volvieron atrás; cayeron y perecieron delante de ti. Has mantenido mi derecho y mi causa; te has sentado en el trono para juzgar con justicia. Reprendiste a las naciones, destruiste a los malvados; ¡borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre! Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; derribaste sus ciudades, y su memoria pereció con ellas. Pero el Señor permanecerá por la eternidad; ha dispuesto su trono para juicio. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con rectitud. El Señor será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, Señor, no desamparaste a los que te buscaron. Cantad al Señor, que habita en Sion; publicad entre los pueblos sus obras. El que demanda la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los afligidos.
SALMOS 9:1-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón, yo proclamaré todas tus maravillas. En ti me alegraré y me regocijaré; alabaré, Altísimo, tu nombre. Mis enemigos retroceden, se debilitan, sucumben ante ti, porque tú me has hecho justicia sentado, juez justo, en tu trono. Tú castigas al pagano, destruyes al malvado borrando su nombre para siempre. El enemigo se ha derrumbado sin remedio, has demolido sus ciudades, anulado su recuerdo. Pero el Señor permanecerá por siempre; él prepara su trono para el juicio, para juzgar al mundo con justicia, para juzgar con rectitud a las naciones. Sea el Señor refugio del oprimido, refugio en tiempo de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre pues tú, Señor, no abandonas a quien te busca. ¡Ensalzad al Señor que mora en Sion, cantad a los pueblos sus proezas! El vengador se acuerda de ellos, no olvida el grito de los humildes.
SALMOS 9:1-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Te alabaré, Señor, con todo mi corazón. Contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo. Mis enemigos se volvieron atrás; cayeron y perecieron delante de ti. Has mantenido mi derecho y mi causa; te has sentado en el trono para juzgar con justicia. Reprendiste a las naciones, destruiste a los malvados; ¡borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre! Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; derribaste sus ciudades, y su memoria pereció con ellas. Pero el Señor permanecerá por la eternidad; ha dispuesto su trono para juicio. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con rectitud. El Señor será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, Señor, no desamparaste a los que te buscaron. Cantad al Señor, que habita en Sion; publicad entre los pueblos sus obras. El que demanda la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los afligidos.
SALMOS 9:1-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón, yo proclamaré todas tus maravillas. En ti me alegraré y me regocijaré; alabaré, Altísimo, tu nombre. Mis enemigos retroceden, se debilitan, sucumben ante ti, porque tú me has hecho justicia sentado, juez justo, en tu trono. Tú castigas al pagano, destruyes al malvado borrando su nombre para siempre. El enemigo se ha derrumbado sin remedio, has demolido sus ciudades, anulado su recuerdo. Pero el Señor permanecerá por siempre; él prepara su trono para el juicio, para juzgar al mundo con justicia, para juzgar con rectitud a las naciones. Sea el Señor refugio del oprimido, refugio en tiempo de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre pues tú, Señor, no abandonas a quien te busca. ¡Ensalzad al Señor que mora en Sion, cantad a los pueblos sus proezas! El vengador se acuerda de ellos, no olvida el grito de los humildes.
SALMOS 9:1-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Quiero alabarte, SEÑOR, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas. Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. Mis enemigos retroceden; tropiezan y perecen ante ti. Porque tú me has hecho justicia, me has vindicado; tú, juez justo, ocupas tu trono. Reprendiste a los paganos, destruiste a los malvados; ¡para siempre borraste su memoria! Desgracia sin fin cayó sobre el enemigo; arrancaste de raíz sus ciudades, y hasta su recuerdo se ha desvanecido. Pero el SEÑOR reina por siempre; para emitir juicio ha establecido su trono. Juzgará al mundo con justicia; gobernará a los pueblos con equidad. El SEÑOR es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, SEÑOR, jamás abandonas a los que te buscan. Cantad salmos al SEÑOR, el rey de Sión; proclamad sus proezas entre las naciones. El vengador de los inocentes se acuerda de ellos; no pasa por alto el clamor de los afligidos.