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SALMOS 89:19-52

SALMOS 89:19-52 Reina Valera 2020 (RV2020)

Entonces hablaste en visión a tu santo y dijiste: «He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; he exaltado a un escogido de mi pueblo. Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él; mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo ni hijo perverso lo quebrantará; sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos y heriré a los que le aborrecen. Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo, pondré su mano sobre el mar, y sobre los ríos su diestra. Él clamará a mí: “Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salvación”. Yo también lo pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le aseguraré mi misericordia, y mi pacto será firme con él. Estableceré su descendencia para siempre y su trono como los días de los cielos. Si dejan sus hijos mi ley y no andan en mis juicios, si profanan mis estatutos y no guardan mis mandamientos, entonces castigaré con vara su rebelión y con azotes sus maldades. Pero no quitaré de él mi misericordia ni faltaré a mi fidelidad. No olvidaré mi pacto ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado por mi santidad y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre y su trono como el sol delante de mí. Como la luna, será firme para siempre, y como un testigo fiel en el cielo». Selah Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido, y te has airado con él. Rompiste el pacto de tu siervo; has profanado su corona hasta la tierra. Abriste brecha en todos sus muros; has destruido sus fortalezas. Lo saquean todos los que pasan por el camino; es la deshonra de sus vecinos. Has exaltado la diestra de sus enemigos; has alegrado a todos sus adversarios. Has dejado sin filo su espada, y no lo levantaste en la batalla. Hiciste cesar su gloria y echaste su trono por tierra. Has acortado los días de su juventud; ¡lo has cubierto de vergüenza! Selah ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego? ¡Recuerda cuán breve es mi tiempo! ¿Por qué habrás creado en vano al ser humano? ¿Quién vivirá sin ver la muerte? ¿Quién escapará del poder del seol? Selah Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, que juraste a David según tu fidelidad? Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno, porque tus enemigos, Señor, han deshonrado, porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido. ¡Bendito sea el Señor para siempre! ¡Amén y amén!

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SALMOS 89:19-52 La Palabra (versión española) (BLP)

Un día, en una visión, hablaste a tus fieles y así les dijiste: «He prestado mi apoyo a un guerrero, he enaltecido a un joven del pueblo. He encontrado a mi siervo David, con mi aceite sagrado lo he ungido. Mi mano estará con él, mi brazo le dará fuerza. No podrá atormentarlo el enemigo, ni le hará sufrir el malvado. Ante él destrozaré a sus rivales, golpearé a quienes lo odian. Mi fidelidad y mi amor lo acompañan, con mi nombre voy a encumbrarlo. Bajo su mano he puesto el mar, bajo su diestra los ríos. Él me dirá: “Tú eres mi padre, mi Dios, el refugio que me salva”. Haré de él mi primogénito, el mayor de los reyes de la tierra. Mi bondad lo protegerá siempre, mi pacto con él será firme. Mantendré eternamente su linaje y su trono mientras el cielo exista. Mas si abandonan sus hijos mi ley, si no caminan según mis decretos, si quebrantan mis preceptos y no guardan mis mandatos, castigaré con la vara su pecado y con azotes sus culpas. Pero de él no apartaré mi amor, no traicionaré mi fidelidad, no romperé mi pacto, no cambiarán mis palabras. Por mi santidad juré una vez y no mentiré a David. Será eterna su descendencia, será su trono como el sol ante mí, como la luna siempre firme, testigo fiel en el cielo». [Pausa] Pero tú lo rechazaste y despreciaste, tú te enfureciste con tu ungido, rompiste la alianza con tu siervo, tiraste por tierra su corona. Destruiste sus murallas, arrasaste sus fortalezas; los caminantes la saquean, sus vecinos se burlan de ella. Has exaltado el poder de sus rivales, a sus enemigos has llenado de gozo. El filo de su espada has doblado, no le has dado apoyo en la batalla; has puesto fin a su esplendor, has tirado por tierra su trono. Tú has acortado su juventud, lo has cubierto de vergüenza. [Pausa] ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá como el fuego tu ira? Recuerda que mi vida es un soplo, ¿por qué creaste al ser humano tan frágil? ¿Quién vivirá sin ver la muerte? ¿Quién escapará de las garras del reino de los muertos? [Pausa] Señor, ¿dónde está tu antiguo amor, el que juraste a David por tu fidelidad? Recuerda, mi Señor, la humillación de tu siervo, a todos los pueblos que he de soportar. Tus enemigos me humillan, Señor, desprecian las huellas de tu ungido. ¡Bendito sea Dios por siempre! ¡Amén, amén!

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SALMOS 89:19-52 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Una vez hablaste en una visión, y le dijiste a tu pueblo fiel: «Le he brindado mi ayuda a un valiente; al mejor hombre del pueblo lo he exaltado. He encontrado a David, mi siervo, y lo he ungido con mi aceite santo. Mi mano siempre lo sostendrá; mi brazo lo fortalecerá. Ningún enemigo lo someterá a tributo; ningún inicuo lo oprimirá. Aplastaré a quienes se le enfrenten y derribaré a quienes lo aborrezcan. La fidelidad de mi amor lo acompañará, y por mi nombre será exaltada su fuerza. Le daré poder sobre el mar y dominio sobre los ríos. Él me dirá: “Tú eres mi Padre, mi Dios, la roca de mi salvación”. Yo le daré los derechos de primogenitura, la primacía sobre los reyes de la tierra. Mi amor por él será siempre constante, y mi pacto con él se mantendrá fiel. Afirmaré su dinastía y su trono para siempre, mientras el cielo exista. »Pero, si sus hijos se apartan de mi ley y no viven según mis decretos, si violan mis estatutos y no observan mis mandamientos, con vara castigaré sus transgresiones y con azotes su iniquidad. Con todo, jamás le negaré mi amor, ni mi fidelidad le faltará. No violaré mi pacto ni me retractaré de mis palabras. Una sola vez he jurado por mi santidad, y no voy a mentirle a David: Su descendencia vivirá para siempre; su trono durará como el sol en mi presencia. Como la luna, fiel testigo en el cielo, será establecido para siempre». Selah Pero tú has desechado, has rechazado a tu ungido; te has enfurecido contra él en gran manera. Has revocado el pacto con tu siervo; has arrastrado por los suelos su corona. Has derribado todas sus murallas y dejado en ruinas sus fortalezas. Todos los que pasan lo saquean; ¡es motivo de burla para sus vecinos! Has exaltado el poder de sus adversarios y llenado de gozo a sus enemigos. Le has quitado el filo a su espada, y no lo has apoyado en la batalla. Has puesto fin a su esplendor al derribar por tierra su trono. Has acortado los días de su juventud; lo has cubierto con un manto de vergüenza. Selah ¿Hasta cuándo, SEÑOR, te seguirás escondiendo? ¿Va a arder tu ira para siempre, como el fuego? ¡Recuerda cuán efímera es mi vida! Al fin y al cabo, ¿para qué creaste a los mortales? ¿Quién hay que viva y no muera jamás, o que pueda escapar del poder del sepulcro? Selah ¿Dónde está, Señor, tu amor de antaño, que en tu fidelidad juraste a David? Recuerda, Señor, que se burlan de tus siervos; que llevo en mi pecho los insultos de muchos pueblos. Tus enemigos, SEÑOR, nos ultrajan; a cada paso ofenden a tu ungido. ¡Bendito sea el SEÑOR por siempre!

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