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SALMOS 89:1-29

SALMOS 89:1-29 La Palabra (versión española) (BLP)

El amor del Señor cantaré eternamente, proclamaré tu fidelidad por generaciones. Así dije: «Para siempre se alza el amor, en el mismo cielo tu fidelidad sustentas». Con mi elegido he sellado un pacto, esto he jurado a mi siervo David: «Afianzaré tu linaje eternamente, mantendré tu trono por generaciones». [Pausa] Señor, alaba el cielo tus maravillas, la asamblea de los santos tu fidelidad. ¿Quién en el cielo al Señor se asemeja? ¿Quién de los dioses iguala al Señor? Dios es venerado en la asamblea de los santos, él infunde respeto a cuantos le rodean. Señor, Dios del universo, ¿quién como tú? Poderoso eres tú, la fidelidad te envuelve. Tú dominas las mareas del mar, tú calmas sus olas cuando se encrespan. Tú aplastaste a Rahab como a un cadáver, disipaste a tus rivales con tu brazo poderoso. Tuyo es el cielo, tuya es la tierra, tú fijaste el orbe y cuanto lo llena. Tú has creado el norte y el sur, el Tabor y el Hermón aclaman tu nombre. Tuyo es el brazo poderoso, fuerte es tu mano, excelsa tu diestra. La justicia y el derecho sustentan tu trono, el amor y la verdad te preceden. Feliz el pueblo que sabe aclamarte; caminará, Señor, a la luz de tu rostro. En tu nombre se alegran todo el día, por tu justicia se enorgullecen. Porque tú eres la gloria de su fuerza, tú nos encumbras con tu favor. El Señor es nuestro escudo, el santo de Israel es nuestro rey. Un día, en una visión, hablaste a tus fieles y así les dijiste: «He prestado mi apoyo a un guerrero, he enaltecido a un joven del pueblo. He encontrado a mi siervo David, con mi aceite sagrado lo he ungido. Mi mano estará con él, mi brazo le dará fuerza. No podrá atormentarlo el enemigo, ni le hará sufrir el malvado. Ante él destrozaré a sus rivales, golpearé a quienes lo odian. Mi fidelidad y mi amor lo acompañan, con mi nombre voy a encumbrarlo. Bajo su mano he puesto el mar, bajo su diestra los ríos. Él me dirá: “Tú eres mi padre, mi Dios, el refugio que me salva”. Haré de él mi primogénito, el mayor de los reyes de la tierra. Mi bondad lo protegerá siempre, mi pacto con él será firme. Mantendré eternamente su linaje y su trono mientras el cielo exista.

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SALMOS 89:1-29 Reina Valera 2020 (RV2020)

Las misericordias del Señor cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca. Dije: «Para siempre será edificada la misericordia; en los cielos mismos afirmarás tu fidelidad». Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo: «Para siempre confirmaré tu descendencia y edificaré tu trono por todas las generaciones». Selah Los cielos celebran tus maravillas, Señor, y la congregación de los santos exalta tu fidelidad, porque ¿quién en los cielos se igualará al Señor? ¿Quién será semejante al Señor entre los hijos de los poderosos? Dios temible en la gran congregación de los santos, y formidable sobre todos cuantos están a su alrededor. Señor, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Señor, y tu fidelidad te rodea. Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; cuando se levantan sus olas, tú las sosiegas. Tú quebrantaste a Rahab como a un herido de muerte; con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos. Tuyos son los cielos, tuya también es la tierra; el mundo y su plenitud, tú lo fundaste. El norte y el sur, tú los creaste; el Tabor y el Hermón aclaman tu nombre. Tuyo es el brazo potente; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra. Justicia y derecho son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte; andará, Señor, a la luz de tu rostro. En tu nombre se alegrará todo el día y en tu justicia será enaltecido, porque tú eres la gloria de su potencia y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder. El Señor es nuestro escudo; nuestro rey es el Santo de Israel. Entonces hablaste en visión a tu santo y dijiste: «He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; he exaltado a un escogido de mi pueblo. Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él; mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo ni hijo perverso lo quebrantará; sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos y heriré a los que le aborrecen. Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo, pondré su mano sobre el mar, y sobre los ríos su diestra. Él clamará a mí: “Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salvación”. Yo también lo pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le aseguraré mi misericordia, y mi pacto será firme con él. Estableceré su descendencia para siempre y su trono como los días de los cielos.

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SALMOS 89:1-29 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Oh SEÑOR, por siempre cantaré la grandeza de tu amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad. Declararé que tu amor permanece firme para siempre, que has afirmado en el cielo tu fidelidad. Dijiste: «He hecho un pacto con mi escogido; le he jurado a David mi siervo: “Estableceré tu dinastía para siempre, y afirmaré tu trono por todas las generaciones”». Selah Los cielos, SEÑOR, celebran tus maravillas, y tu fidelidad la asamblea de los santos. ¿Quién en los cielos es comparable al SEÑOR? ¿Quién como él entre los seres celestiales? Dios es muy temido en la asamblea de los santos; grande y portentoso sobre cuantos lo rodean. ¿Quién como tú, SEÑOR Dios Todopoderoso, rodeado de poder y de fidelidad? Tú gobiernas sobre el mar embravecido; tú apaciguas sus encrespadas olas. Aplastaste a Rahab como a un cadáver; con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos. Tuyo es el cielo, y tuya la tierra; tú fundaste el mundo y todo lo que contiene. Por ti fueron creados el norte y el sur; el Tabor y el Hermón cantan alegres a tu nombre. Tu brazo es capaz de grandes proezas; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra. La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad. Dichosos los que saben aclamarte, SEÑOR, y caminan a la luz de tu presencia; los que todo el día se alegran en tu nombre y se regocijan en tu justicia. Porque tú eres su gloria y su poder; por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza. Tú, SEÑOR, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey. Una vez hablaste en una visión, y le dijiste a tu pueblo fiel: «Le he brindado mi ayuda a un valiente; al mejor hombre del pueblo lo he exaltado. He encontrado a David, mi siervo, y lo he ungido con mi aceite santo. Mi mano siempre lo sostendrá; mi brazo lo fortalecerá. Ningún enemigo lo someterá a tributo; ningún inicuo lo oprimirá. Aplastaré a quienes se le enfrenten y derribaré a quienes lo aborrezcan. La fidelidad de mi amor lo acompañará, y por mi nombre será exaltada su fuerza. Le daré poder sobre el mar y dominio sobre los ríos. Él me dirá: “Tú eres mi Padre, mi Dios, la roca de mi salvación”. Yo le daré los derechos de primogenitura, la primacía sobre los reyes de la tierra. Mi amor por él será siempre constante, y mi pacto con él se mantendrá fiel. Afirmaré su dinastía y su trono para siempre, mientras el cielo exista.

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