SALMOS 79:1-9
SALMOS 79:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Vinieron, Dios, las naciones a tu heredad! ¡Han profanado tu santo templo! ¡Han reducido Jerusalén a escombros! ¡Han dado los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos, la carne de tus santos a las bestias de la tierra! Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén y no hubo quien los enterrara. Somos la burla de nuestros vecinos, escarnecidos y ofendidos por los que están en nuestros alrededores. ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo? ¡Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen y sobre los reinos que no invocan tu nombre!, porque han consumido a Jacob y su morada han destruido. No te acuerdes de la maldad de nuestros antepasados. ¡Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, porque estamos muy abatidos! ¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre! ¡Líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre!
SALMOS 79:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Oh Dios, los paganos han invadido tu heredad, han profanado tu santo Templo, han reducido Jerusalén a escombros; han arrojado el cadáver de tus siervos como alimento a los pájaros del cielo, el cuerpo de tus fieles a las fieras de la tierra; han derramado su sangre como agua por toda Jerusalén y nadie los sepulta. Somos la burla de nuestros vecinos, la mofa, la risa de los que están cerca. ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás siempre airado? ¿Estallará como el fuego tu celo? Descarga tu ira sobre los pueblos que te ignoran, sobre los reinos que no invocan tu nombre. Porque ellos devoraron a Jacob, convirtieron en ruinas su morada. No esgrimas contra nosotros los pecados de antaño; que nos llegue pronto tu misericordia porque estamos exhaustos. Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por la gloria de tu nombre; líbranos, perdona nuestros pecados haciendo honor a tu nombre.
SALMOS 79:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Oh Dios, los pueblos paganos han invadido tu herencia; han profanado tu santo templo, han dejado en ruinas Jerusalén. Han entregado los cadáveres de tus siervos como alimento a las aves del cielo; han destinado los cuerpos de tus fieles para comida de los animales salvajes. Por toda Jerusalén han derramado su sangre, como si derramaran agua, y no hay quien entierre a los muertos. Nuestros vecinos hacen mofa de nosotros; somos blanco de las burlas de quienes nos rodean. ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Vas a estar enojado para siempre? ¿Arderá tu celo como el fuego? ¡Enójate con las naciones que no te reconocen, con los reinos que no invocan tu nombre! Porque a Jacob lo han devorado, y el país lo han dejado en ruinas. No nos tomes en cuenta los pecados de ayer; ¡venga pronto tu misericordia a nuestro encuentro, porque estamos totalmente abatidos! Oh Dios y Salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos; por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados.