SALMOS 75:1-10
SALMOS 75:1-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Gracias te damos, Dios, gracias te damos, pues cercano está tu nombre; todos hablan de tus hechos portentosos. En el tiempo que yo decida, juzgaré rectamente. Se arruinaban la tierra y sus habitantes; yo sostengo sus columnas. Selah Dije a los insensatos: «¡No os jactéis!»; y a los impíos: «¡No os enorgullezcáis; no hagáis alarde de vuestro poder; no habléis con cerviz erguida!», porque ni de oriente ni de occidente ni del desierto viene el enaltecimiento, pues Dios es el juez; a este humilla, y a aquel enaltece. La copa está en la mano del Señor; el vino está fermentado, mezclado con especias, y él lo derrama; ¡hasta el fondo lo apurarán y lo beberán todos los impíos de la tierra! Pero yo siempre anunciaré y cantaré alabanzas al Dios de Jacob. Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, pero el poder del justo será exaltado.
SALMOS 75:1-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, invocando tu nombre, proclamando tus maravillas. «Cuando yo lo decida, juzgaré con rectitud; aunque tiemble la tierra y quienes la habitan, soy yo quien sostiene sus columnas. [Pausa] Dije a los insolentes: ¡no os insolentéis! Y a los malvados: ¡no alcéis la frente! No alcéis tanto vuestra frente, no habléis con el cuello erguido». No vendrá del este ni del oeste, ni del desierto ni de las montañas; es Dios quien juzga: a este humilla, a aquel exalta. Una copa hay en la mano del Señor, un vino espumoso mezclado con especias; de él escancia y los malvados de la tierra lo beben, lo apuran hasta el fondo. Pero yo siempre proclamaré y cantaré al Dios de Jacob: combatiré a los malvados, el justo saldrá victorioso.
SALMOS 75:1-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos tu nombre; ¡todos hablan de tus obras portentosas! Tú dices: «Cuando yo lo decida, juzgaré con justicia. Cuando se estremece la tierra con todos sus habitantes, soy yo quien afirma sus columnas». Selah «No seáis altaneros», digo a los altivos; «No seáis soberbios», ordeno a los impíos; «No hagáis gala de soberbia contra el cielo, ni habléis con aires de suficiencia». La exaltación no viene del oriente, ni del occidente ni del sur, sino que es Dios el que juzga: a unos humilla y a otros exalta. En la mano del SEÑOR hay una copa de espumante vino mezclado con especias; cuando él lo derrame, todos los impíos de la tierra habrán de beberlo hasta las heces. Yo hablaré de esto siempre; cantaré salmos al Dios de Jacob. Aniquilaré la altivez de todos los impíos, y exaltaré el poder de los justos.