SALMOS 71:15-21
SALMOS 71:15-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Pregonará mi boca tu justicia y tus actos salvadores todo el día, aunque no puedo contarlos. Recitaré las hazañas de Dios mi Señor, recordaré tu triunfo, solo el tuyo. Dios me instruyó desde mi juventud y hasta ahora anuncio tus prodigios. A pesar de mi vejez y mi pelo encanecido, tú, oh Dios, no me abandones, hasta que anuncie tu poder a esta generación, tu fuerza a todos sus descendientes. Tu justicia, oh Dios, llega hasta el cielo, tú has hecho grandes prodigios, ¿quién puede igualarse a ti? Me mostraste desgracias y males, pero volverás a darme la vida y a sacarme de los abismos de la tierra; tú acrecentarás mi dignidad, tú volverás a confortarme.
SALMOS 71:15-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. Soberano SEÑOR, relataré tus obras poderosas, y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios. Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido. Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios? Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme. Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme.
SALMOS 71:15-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
Mi boca publicará tu justicia y tus hechos de salvación todo el día, aunque no sé su número. Volveré a los hechos poderosos del Señor; haré memoria de tu justicia, de la tuya sola. Me enseñaste, Dios, desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, tu potencia a todos los que han de venir, y tu justicia, Dios, que llega hasta lo excelso. ¡Tú has hecho grandes cosas! Dios, ¿quién como tú? Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida y de nuevo me levantarás desde los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza y volverás a consolarme.