SALMOS 59:1-17
SALMOS 59:1-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Líbrame de mis enemigos, Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí. Líbrame de los que cometen maldad y sálvame de los sanguinarios, porque están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por mi falta, ni pecado mío, Señor; sin delito mío corren y se preparan. Despierta para venir a mi encuentro, y mira. Y tú, Señor, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con maldad. Selah Volverán a la tarde, ladrarán como perros y rodearán la ciudad. Declaran con su boca; espadas hay en sus labios, pues dicen: «¿Quién oye?». Mas tú, Señor, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones. A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo. No los mates, para que mi pueblo no olvide; dispérsalos con tu poder y abátelos, Señor, escudo nuestro. Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren. ¡Acábalos con furor, acábalos, para que no existan más! ¡Sépase que Dios gobierna en Jacob hasta los confines de la tierra! Selah Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros y rodeen la ciudad. Anden ellos errantes para hallar qué comer; y al no saciarse, que pasen la noche quejándose. Pero yo cantaré de tu poder, alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía, a ti cantaré, porque eres, Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.
SALMOS 59:1-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Líbrame de mis enemigos, Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí. Líbrame de los que cometen maldad y sálvame de los sanguinarios, porque están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por mi falta, ni pecado mío, Señor; sin delito mío corren y se preparan. Despierta para venir a mi encuentro, y mira. Y tú, Señor, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con maldad. Selah Volverán a la tarde, ladrarán como perros y rodearán la ciudad. Declaran con su boca; espadas hay en sus labios, pues dicen: «¿Quién oye?». Mas tú, Señor, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones. A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo. No los mates, para que mi pueblo no olvide; dispérsalos con tu poder y abátelos, Señor, escudo nuestro. Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren. ¡Acábalos con furor, acábalos, para que no existan más! ¡Sépase que Dios gobierna en Jacob hasta los confines de la tierra! Selah Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros y rodeen la ciudad. Anden ellos errantes para hallar qué comer; y al no saciarse, que pasen la noche quejándose. Pero yo cantaré de tu poder, alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía, a ti cantaré, porque eres, Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.
SALMOS 59:1-17 La Palabra (versión española) (BLP)
Dios mío, líbrame de mis enemigos, protégeme de mis agresores; líbrame de los malhechores, sálvame de los sanguinarios que están acechando mi vida. Me atacan, Señor, los poderosos sin que yo haya cometido falta ni pecado; corren y se preparan contra mí sin que yo tenga culpa alguna. ¡Despierta, sal a mi encuentro, mírame! Tú, Señor, Dios del universo, Dios de Israel, decídete a castigar a las naciones, no te apiades de ningún traidor. [Pausa] Al atardecer regresan, aúllan como perros, rondan por la ciudad. Mira, ladran con sus bocas, hay espadas en sus labios: «¿Quién puede oírnos?». Pero tú, Señor, te ríes de ellos, te burlas de todas las naciones. Fuerza mía, en ti espero porque tú eres, oh Dios, mi refugio. El Dios de bondad me acogerá, Dios hará que vea a mis rivales derrotados. No los mates, no sea que mi pueblo los olvide; dispérsalos con tu poder y humíllalos, tú, mi Señor, que eres nuestro escudo. Es pecadora su boca cuando hablan; que sean presos de su propia soberbia, de las maldiciones y mentiras que lanzan. Destrúyelos con tu ira; que no quede ninguno para que sepan que Dios domina en Jacob, hasta los confines de la tierra. [Pausa] Al atardecer regresan, aúllan como perros, rondan por la ciudad. Vagabundean buscando comida, gruñen si no quedan saciados. Pero yo cantaré tu poder, al alba aclamaré tu amor, porque tú eres mi refugio, mi fortaleza en la angustia. Fuerza mía, a ti te canto, porque Dios es mi refugio, él es el Dios que me ama.
SALMOS 59:1-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Líbrame de mis enemigos, oh Dios; protégeme de los que me atacan. Líbrame de los malhechores; sálvame de los asesinos. ¡Mira cómo me acechan! Hombres crueles conspiran contra mí sin que yo, SEÑOR, haya delinquido ni pecado. Presurosos se disponen a atacarme sin que yo haya cometido mal alguno. ¡Levántate y ven en mi ayuda! ¡Mira mi condición! Tú, SEÑOR, eres el Dios Todopoderoso, ¡eres el Dios de Israel! ¡Despiértate y castiga a todas las naciones; no tengas compasión de esos viles traidores! Selah Ellos vuelven por la noche, gruñendo como perros y acechando alrededor de la ciudad. Echan espuma por la boca, lanzan espadas por sus fauces, y dicen: «¿Quién va a oírnos?» Pero tú, SEÑOR, te burlas de ellos; te ríes de todas las naciones. A ti, fortaleza mía, vuelvo los ojos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. Tú eres el Dios que me ama, e irás delante de mí para hacerme ver la derrota de mis enemigos. Pero no los mates, para que mi pueblo no lo olvide. Zarandéalos con tu poder; ¡humíllalos! ¡Tú, Señor, eres nuestro escudo! Por los pecados de su boca, por las palabras de sus labios, que caigan en la trampa de su orgullo. Por las maldiciones y mentiras que profieren, consúmelos en tu enojo; ¡consúmelos hasta que dejen de existir! Así todos sabrán que Dios gobierna en Jacob, y hasta los confines de la tierra. Selah Porque ellos vuelven por la noche, gruñendo como perros y acechando alrededor de la ciudad. Van de un lado a otro buscando comida, y aúllan si no quedan satisfechos. Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama!