SALMOS 46:1-4
SALMOS 46:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo.
SALMOS 46:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah Del río las corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo.
SALMOS 46:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
Es Dios nuestro refugio y fortaleza, es ayuda constante en la desgracia. Por eso no tememos si la tierra tiembla, si se desmoronan los montes en medio del mar, si sus aguas se agitan encrespadas, si por su oleaje las montañas se mueven. [Pausa] La corriente de un río alegra la ciudad de Dios, la más santa morada del Altísimo.
SALMOS 46:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah Del río las corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo.
SALMOS 46:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
Es Dios nuestro refugio y fortaleza, es ayuda constante en la desgracia. Por eso no tememos si la tierra tiembla, si se desmoronan los montes en medio del mar, si sus aguas se agitan encrespadas, si por su oleaje las montañas se mueven. [Pausa] La corriente de un río alegra la ciudad de Dios, la más santa morada del Altísimo.
SALMOS 46:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo.