SALMOS 32:3-7
SALMOS 32:3-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Mientras callaba, envejecían mis huesos de tanto gemir todo el día, pues noche y día me abrumaba tu mano, se extinguía mi vigor entre intensos calores. [Pausa] Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa; me dije: «Confesaré mi culpa ante el Señor». Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [Pausa] Por eso todo fiel te implora en los momentos de angustia; y aunque a raudales se desborde el agua, no les podrá dar alcance. Tú eres para mí un refugio, tú me proteges de la angustia y me rodeas de cantos de salvación. [Pausa]
SALMOS 32:3-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día, porque de día y de noche me abrumaba tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis rebeliones al Señor», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente, en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él. Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Selah
SALMOS 32:3-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Selah Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah